Vigila la calidad del sueño nocturno. No solo es importante la cantidad de horas que duermes, sino que el sueño sea reparador.
Atención a los alimentos. No basta con dejar de atiborrarse antes de ir a dormir. Si se disminuye durante el día el consumo de algunas sustancias como el alcohol, la cafeína o el azúcar, la calidad de sueño mejorará.
Inserta en el día de hoy 2 o 3 minutos en los que no hagas nada, salvo estar concentrado en tu respiración. ¿Crees que es fácil?
Como alternativa a lo anterior, una breve siesta de 10 minutos estaría bien. Si sientes la cabeza a punto de estallar, prepárate un té, un café (no muy cargado) o tu otra bebida favorita y disfrútala dando pequeños sorbos.
Da un paseo corto. El aire fresco te revitalizará y mucho mejor si es de día, para que se estabilicen los niveles de serotonina.
Aprovecha para meditar o soñar despierto con cosas agradables.
Deja que un día o dos a la semana sean más relajados. ]
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