La primera impresión es la que cuenta. Por ello, las miradas femeninas se concentran generalmente en el rostro del candidato a su corazón. Pero de ahí las opiniones varían, llegando a la conclusión de que la personalidad del objeto de observación es la que al final las conquista.
“Todo entra primero por los ojos. Veo su cara, los ojos y el pelo; luego me concentro en la charla interesante que me pueda dar... si no es interesante, no importan los ojos y el pelo”, comenta Marisela. “Me fijo en el cabello: que lo tenga bien cuidado, limpio, sin caspa”, agrega Claudia. “El cabello. Odio a los greñudos que tienen el pelo grasoso o a medio crecer, por más que se parezca a Brad Pitt”, agrega Rosa.
“Yo me fijo en su cara, en sus dientes y sus manos. Si hasta ahí va bien, me fijo en lo demás”, explica Marcia. “En la cara me gusta ver su mirada, sus labios... No sé por qué, pero eso me hace ver muchas cosas de la actitud que tiene una persona”.
“Un lindo rostro con cejas espesas y de lindos ojos, de cabello corto y bien peinado. ¡Como Tom Cruise!”, ejemplifica Carolina. “Nada de greñas. Bien aseado, de risa amplia y contagiosa, y que sea sencillo”.
“A mí me conquista totalmente la sonrisa... y una charla interesante, pero no intensa”, resume Guadalupe.
Por otro lado, están las chicas que se fijan en atributos menos románticos. “Me encantan los chicos con brazos muy fuertes, porque sé que pueden apretujarme de una y hacerme sentir lo que quieran”, ríe Sara.
“Mis amigas creen que soy una enferma, pero un trasero perfectamente esculpido o un paquete marcado siempre me llaman la atención. Es más, por eso siempre me fijo en el tamaño de los zapatos, aunque sé que el asunto ese de la proporción es una mentira”, confiesa Adriana. “No hay nada más sexy que un abdomen bien trabajado”, comenta Laura.
Finalmente, están las chicas que no tienen un “clic” físico definido. “Lo primero que me atrae es la seguridad en él mismo, que tenga la capacidad de ser espontáneo y hacerme reír. El físico no sigue ningún patrón, soy muy diversa en mis gustos”, comenta Valentina.
“De mi novio, lo primero que me enamoró fue su interior... lo demás, que es lo físico, ya se arregla. Importa mucho más la afinidad y el hecho de compartir los mismos intereses”, resume Inés.
Las manos
“Un hombre de manos grandes y dedos largos y gruesos es siempre sexy, una siempre debe mirarlas”, piensa Adela. “Si las manos son lindas, seguro que el resto también”, secunda Matilde. “Si tiene dedos cortos y regordetes, me da cosas. No importa que sea guapo”, agrega Iris.
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