Ayudan a perder peso y reafirmar los glúteos. Fortalecen los músculos de piernas y abdominales. Corrigen la postura y aumentan la estatura. Reducen el dolor de espalda y lumbar. Mejoran la circulación. Previenen las varices. Combaten la celulitis. Moldean la figura con solo caminar… Son algunos de los beneficios que prometen las populares zapatillas “adelgazantes” que en los últimos años han inundado el mercado de calzado deportivo para mujer. Promesas que, según la Comisión Federal de Comercio de EE UU (FTC, por sus siglas en inglés), no tienen base científica y que han ocasionado ya dos cuantiosas multas en ese país por publicidad engañosa: una de 18 millones de euros para Reebok el pasado septiembre y otra de 31 millones para Skechers hace dos semanas. Las autoridades estadounidenses han actuado contra estas compañías porque muy visibles, pero hay muchas otras marcas que anuncian estos beneficios en todo el mundo con total impunidad.
Las asociaciones de consumidores españolas llevan tiempo lanzando advertencias sobre este tipo de calzado. La OCU, en el número de marzo de su revista Compra Maestra, insiste en que sus efectos no están probados y cita un estudio del American Council of Exercise, dependiente del Centro de Información sobre la Salud del Gobierno estadounidense, que demuestra que el consumo de energía y la actividad muscular no son superiores a los que se producen al caminar con unas deportivas normales. La Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) ha llegado a presentar una reclamación formal. Lo hizo el año pasado ante Autocontrol, el organismo de autorregulación de la publicidad, contra las Zapatillas Saludables Club Natura, comercializadas por el Club Internacional del Libro. La resolución, dictada el 12 de diciembre, dictaminó que el anuncio de este modelo violaba el real decreto 1907/96 (sobre productos, actividades o servicios con pretendida finalidad sanitaria) y pidió su retirada. Aunque los veredictos de Autocontrol no son vinculantes, la compañía decidió acatarlo para evitar un posible proceso judicial.
Pese a las millonarias multas impuestas en EE UU, destinadas a reembolsar el dinero de los compradores que lo soliciten, ni el Instituto Nacional de Consumo ni las comunidades autónomas, que son las que en España tienen competencias para sancionar y regular estas ventas, han actuado hasta ahora. Y la vía judicial es complicada. “El problema es que, con la legislación actual, es difícil sostener una denuncia ante un tribunal porque las compañías se cuidan mucho de usar frases categóricas. Por ejemplo, los anuncios no suelen decir que estas zapatillas adelgazan, sino que ayudan a adelgazar”, explica Esperanza Rodríguez, responsable del departamento jurídico de la AUC. “En el caso de las Club Nature, pudimos denunciar porque el anuncio prometía beneficios para la salud y violaba claramente el decreto 1907/96, pero en otros casos es difícil. La normativa es amplia para productos de alimentación, pero para estos productos milagro solo podemos recurrir a este decreto, que es de 1996 y necesitaría una actualización, o a la Ley General de Publicidad”, lamenta.
La estrategia de Reebok y Skechers tras el varapalo de las autoridades estadounidenses ha sido similar: ambas han aceptado pagar la multa de la FTC para ahorrarse un costoso juicio que perjudicaría su imagen, pero siguen defendiendo las maravillas de su tecnología. Eso sí, con el mensaje rebajado y evitando las palabras y expresiones sancionadas por la FTC: tonificar, adelgazar o, en general, cualquier declaración de efectividad relacionada con la salud que no esté respaldada por pruebas científicas.
Reebok, de hecho, acaba de lanzar una nueva campaña para promocionar sus EasyTone en la que reafirma sus beneficios. Ya no menciona los porcentajes que ofrecía en los anuncios multados por la FTC, en los que prometía una activación muscular adicional del 28% en glúteos y del 11% en piernas, pero mantiene que ayuda a transformar la grasa en masa muscular. Como prueba, esta vez presenta un estudio “totalmente independiente” realizado por un equipo de la Universidad de Arizona –la FTC no dio validez a los presentados anteriormente porque eran internos– que asegura que caminar o correr habitualmente con este modelo, si bien no produce pérdida de peso, puede reducir la grasa corporal en un promedio del 2,5%. “Y tenemos otra prueba muy valiosa: nuestros clientes están contentos, las ventas siguen aumentando y el porcentaje que ha pedido el reembolso es muy pequeño”, comenta Jens Ullbrich, director de marca de la compañía.
Los expertos consideran que los estudios que presentan las compañías no son concluyentes porque en la mayoría de los casos están pagados por las propias marcas y realizados con muestras muy sesgadas. “No hay ningún ensayo clínico hasta la fecha que certifique que el gasto energético aumenta significativamente al utilizar este tipo de calzado. Es verdad que muchas personas aseguran que han adelgazado desde que las usan, pero eso se debe a que probablemente hacen más ejercicio”, asegura el profesor Pedro J. Benito, del departamento de Salud y Rendimiento Humano del INEF de la Universidad Politécnica de Madrid. “Y no hay que olvidar el efecto placebo, que puede suponer hasta el 20%”, añade.
Respecto a la tonificación de los músculos, el profesor Sergio Garde, del Instituto de Ciencias del Deporte de la Universidad Camilo José Cela, considera que la estructura de la suela de este tipo de calzado provoca una inestabilidad que “sí puede provocar un ligero aumento del tono muscular en algunas zonas, pero del mismo modo que se tonifica más la musculatura de las piernas de las mujeres cuando llevan tacones”. ”En todo caso, subiendo las escaleras de casa en lugar de usar el ascensor se puede conseguir una tonificación superior sin necesidad de recurrir a zapatillas milagro", prosigue.
¿Y qué hay de los efectos beneficiosos para la espalda? Según Garde, esta es la afirmación más peligrosa. “Personas que tienen una columna sana y con un grado de funcionalidad adecuado pueden obtener ligeras mejoras en la tonificación de su musculatura paravertebral, pero en muchos otros casos pueden resultar contraproducentes. Por ejemplo, si hay escoliosis, pueden incrementar el grado de desviación de la columna”, advierte.
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