Edward Bach, médico bacteriólogo y homeópata inglés, usó esencias de flores como alternativa a los remedios farmacéuticos convencionales, sobre todo para enfermedades mentales y emocionales. Bach se basaba en la teoría de que las enfermedades físicas tienen un origen emocional y que si estos conflictos subsistían por mucho tiempo, la enfermedad del cuerpo empezaba a aparecer.
Así, la respuesta a estados negativos como la soledad, depresión, estrés, angustia o miedo, tiene repercusiones fisiológicas que pueden dar paso a síntomas físicos y alteraciones que después se traducen en enfermedades, y por ello era necesario restaurar el equilibrio emocional para resolver los males físicos.
Bach descubrió en la naturaleza 38 remedios naturales (flores) y cada una actúa armonizando distintas emociones. Encontramos flores para el miedo, la soledad, tristeza, ansiedad, resentimiento, culpa, traumas y falta de confianza entre otros sentimientos humanos, expresa Patricia Daza, directora del centro Amaya y representante de las Flores de Bach en Bolivia.
El objetivo principal de Las Flores de Bach, explica Daza, es restaurar las emociones y cada una lleva en sí misma, la emoción opuesta. Así, el miedo y la valentía son el defecto y la virtud de una misma emoción. Entonces, si una persona siente temor o miedo el preparado de la flor Mimulus la inundará de coraje.
El Gran Secreto de estas esencias florales, cuenta la terapeuta, es que despiertan y desarrollan las emociones que nos sanan (las virtudes), las cuales al expandirse invaden las emociones limitantes (los defectos), reduciéndolos y haciéndolos desaparecer.
Cualquier persona, sana o enferma, de cualquier edad (desde recién nacidos hasta personas adultas) puede seguir el tratamiento con las Flores de Bach. No tiene ninguna contraindicación, asegura Daza.
Cuando la persona inicia el tratamiento comienza a sentir cambios en su forma de actuar, en sus actitudes frente a la vida diaria, y se va equilibrando. Este método terapéutico actúa de una manera sutil y delicada, explica.
Si bien la Organización Mundial de la Salud recomienda este método alternativo desde 1977, el tratamiento debe ser recetado por Terapeutas Florales, que son quienes han estudiado y tienen experiencia en el manejo de las esencias, en la detección de los síntomas y diagnóstico de cada consultante, dice Daza.
Curso: formación de terapeutas
Ante la gran demanda de este tratamiento alternativo, el centro Amaya organiza, en Cochabamba, el “Programa internacional para la formación de terapeutas florales” que está dirigido a todas las personas interesadas que deseen aprender a utilizar las Flores de Bach como terapia, comenta Daza.
Este evento, que se realizará desde el 25 de octubre en el Apart Hotel Regina, está organizado en tres niveles, y a su conclusión el participante obtiene el certificado con validez internacional otorgado por la Fundación Edward Bach Inglaterra como Practitioner en Flores de Bach, y pasa a formar parte de la lista mundial de practicantes autorizados, explica la terapeuta.
El curso será dictado por el argentino Gustavo Masieri, Practitioner y Trainer, seleccionado y entrenado por el Bach Centre de Inglaterra para dictar el Programa Internacional de Educación en Flores de Bach desde 1998. Masieri es técnico Químico, con estudios en Psicología y Antropología. Ejerce su profesión y la práctica terapéutica con Flores de Bach hace 26 años, dicta numerosos cursos y conferencias en países Latinoamericanos.
Charla explicativa
Para una mejor comprensión del curso, el martes 18 de octubre se realizará una charla explicativa del “Programa internacional para la formación de terapeutas florales”. Este evento se realizará en las oficinas de Casa Pronta ubicada en la Avenida Libertador Bolívar Nº 1842, desde las 19:00.
En esta reunión se profundizará en el programa de estudio del curso, los orígenes y bondades de esta terapia, así como el crecimiento que tiene a nivel mundial, explica Daza. Mayores informes a los celulares 77058240 de Patricia Daza o al 76970002 de Jessica de la Rosa.
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