Durante la gestación, en la futura mamá, se producen cambios fisiológicos importantes que tienen como finalidad permitir el desarrollo del embrión y el feto al tiempo que se mantiene la salud de la mujer. Estos cambios son internos y externos. La técnica de Pilates ayuda a afrontarlos de manera más llevadera y ayuda a preparar el cuerpo para el momento del parto.
Desde hoy, Jordana Cirbián, instructora de Pilates y Stretching, dictará clases de Pilates prenatal en el gimnasio Formas, todos los sábados de 10:00 a 11:00. El Pilates prenatal beneficia tanto a la madre como al bebé, señala Cirbián.
Cambios externos
En cuanto a los cambios internos que se dan en la mujer, durante el embarazo, están principalmente la producción de hormonas como el estrógeno, la progesterona y la relaxina.
Esta última, la relaxina, flexibiliza los ligamentos que son los encargados de proporcionar la estabilidad en las articulaciones, en consecuencia, las articulaciones de la pelvis se aflojan y estiran preparándose para el momento del parto.
Así, la práctica del Pilates fortalece el control de los músculos del piso pélvico y el correcto alineamiento de las articulaciones y la columna vertebral, explica la instructora.
Diabetes gestacional
Durante el embarazo, muchas mujeres tienen predisposición a la diabetes gestacional por la insulina, una hormona encargada de regular el nivel de glucosa en la sangre para que el feto obtenga el nivel de energía necesario para desarrollarse.
Quienes realizan Pilates prenatal, explica Cirbián, mejoran la sensibilidad a la insulina, incrementando así la absorción de glucosa por parte de los músculos y otros tejidos.
También con la práctica del Pilates, continúa la instructora, se equilibra el ritmo cardiaco para disminuir el esfuerzo del corazón, además de ayudar con el riego sanguíneo en las extremidades inferiores estimulando el retorno venoso y evitando así, la formación de hemorroides y várices.
Cambios externos
En cuanto a los cambios externos, Cirbián señala que existe un aumento de los pechos ocasionado por dos hormonas, la oxitocina y la prolactina, encargada de la producción de leche. Esto provoca una presión en el torso ocasionando la inclinación de hombros hacia adelante. Pero, con la práctica del Pilates se logra liberar la tensión acumulada en la parte superior de la espalda y hombros, fomentando una postura correcta.
Postura
Otro cambio importante es la alteración postural de las embarazadas en la columna vertebral. La curvatura natural en la zona lumbar se acentúa debido al crecimiento del útero que proyecta los músculos abdominales hacia adelante. Si los mismos no están fortalecidos, se provoca un mayor incremento de la curvatura en la zona lumbar, lo cual causará fuertes dolores de espalda y tensión.
El método Pilates ayuda, a la futura mamá, a identificar los músculos claves y necesarios para adoptar la postura correcta nuevamente y poder usarlos sin tensión ni movimientos forzados.
Ya que el centro de gravedad varía mes a mes, es necesario reeducar el cuerpo a medida que va creciendo la “pancita”, preservando siempre un alineamiento neutral, resalta la experta.
Separación de músculos
En la etapa de gestación también se da la separación de los músculos abdominales y la modificación del suelo pélvico, pues a medida que el bebé crece, el útero se expande y los músculos del recto abdominal se estiran y separan produciéndose la “diástasis del recto abdominal”, dice Cirbián.
Es allí donde cobra importancia el transverso abdominal que será el que ayude a soportar el peso del bebé y brinde apoyo a la columna, evitando que la pelvis se incline hacia adelante. Es éste también el músculo que se ocupará del pujo en el parto.
El método Pilates trabaja el transverso abdominal, ayuda a identificarlo y ejercitarlo, al igual que los músculos del suelo pélvico.
Entre otros beneficios, la práctica del Pilates prenatal ayudará a la madre a liberarse del estrés, señala Cirbián.
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