jueves, 9 de febrero de 2017

‘Un corte debe ser arriesgado’



No existen tendencias marcadas en los cortes de cabello porque sus creaciones son vanguardistas con un estilo arriesgado y diferente, similar al que se realiza en las grandes capitales del planeta.

El estilista Fernando Quiñovel juega con el New Look (estilo en el diseño de moda y estilismo para dar un nuevo aire). “Mi interés es ser diferente, no uniformar a todos. Por eso busco alternativas para el cambio y así salir de lo tradicional en corte, color y peinados, siempre cuidando en no caer en lo vulgar o lo electrizante”.

El creador sugiere que las tijeras y los peines son como una extensión de su propio cuerpo porque su desafío diario es dominar cada trazo en el cabello para hacer arte en cada corte. “Mi interés nació desde muy pequeño y a los 13 años ya quería cortar porque admiraba a mi padre Milton Félix; vengo de una familia de estilistas. Comencé desde abajo como ayudante durante mis vacaciones escolares; limpiaba su salón para aprender”.

Cuando ingresó a la universidad a estudiar Arquitectura probó su talento cortándoles a sus compañeros de curso, quienes quedaron satisfechos con su habilidad. “Mi formación como estilista siempre ha sido dirigida por mi padre. Posteriormente tomé cursos en una academia en Londres durante dos años y tuve la oportunidad de tener mi propio negocio”.

La experiencia en esa institución dio frutos y le permite viajar, tres veces por año, a sucursales mundiales para trabajar. “A finales de 2016 estuve en Los Ángeles y en New York (EEUU) participando en colecciones de dos diseñadores importantes en la moda del cabello. Quedé totalmente satisfecho con todo lo aprendido”.

A la hora de cortar hay un diálogo no verbal entre el cliente y el creador. Observa “el espejo propio de cada persona” para darle el estilo que mejor se adapte a su personalidad y a su estética. “El estilista es como el pincel y el cliente o modelo te dan las armas para crear una obra de arte en el cabello”. Por eso pretende que cada corte realizado sea mejor que el anterior.

“Tengo un objetivo trazado y pronto, Dios mediante, abriré una sucursal en Nueva York”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario