domingo, 26 de julio de 2015

Saunas: Beneficios y recomendaciones



Hoy en día el ser humano se encuentra sometido a intensos estímulos generadores de estrés físico y mental. La rutina del trabajo, las tensiones del hogar, incluso las comodidades y los gustos o prioridades de cada individuo, suelen desencadenar en situaciones que complican la existencia más allá de lo normal.

La mujer y el hombre de estos días se caracterizan por la búsqueda de intereses comunes: ser exitosos y verse jóvenes o impecables. ¿Cómo lo logran? Al menos, ¿cómo lo buscan? De diferentes maneras, pero generalmente cuidándose con el deporte o procurando una buena alimentación. Aunque, como en todo, hay excepciones…

Uno de los hábitos más o menos recientes es el del sauna, que, siguiendo la línea de las aguas termales y los balnearios del mundo, se han vuelto comunes en nuestro entorno y, así, mucha gente acude a tomarse baños secos o de vapor.

Las motivaciones pueden ser varias: por salud, pasatiempo, para verse mejor, o porque se quiere hacer “algo diferente”, como ocurre especialmente con jóvenes que buscan nada más que salir de la rutina.

Se ha extendido la creencia de que el sauna ayuda a perder peso, sin embargo esto no es del todo cierto. En realidad, ayudar a perder agua que se recupera en cuanto la persona sale del habitáculo.

Un poco de historia
Definido como “baño de vapor húmedo a elevada temperatura que produce un rápido y abundante sudor y que se toma con fines higiénicos y terapéuticos”, el sauna (o “la sauna”, de género indistinto según el Diccionario Panhispánico de Dudas de la Real Academia Española), en sus diferentes formas es un medio de curación o de prevención. Se conoce desde tiempos inmemoriales, se cree que tiene unos 2.000 años de antigüedad.

Sus orígenes se remontan al pueblo romano y bizantino, que solían tomar baños calientes, secos o al vapor como un rito de purificación no solo física, sino incluso religiosa, una forma de purificación hacia la exaltación mítica.

Otra referencia histórica dice que nació hace dos milenios para combatir el frío finlandés.

Este uso se difundió entre los turcos y árabes, quienes refinaron el arte del baño de vapor en diversas graduaciones de calor y vaho, de modo que hoy todavía se refiere en el mundo a estos saunas húmedos como “baños turcos”.

Al sauna seco, por su parte, se lo emparenta en la actualidad con el de tipo finlandés.

Hubo una época en que los spa eran considerados un lujo. La percepción ha cambiado en los últimos años, ya que cada vez más personas eligen someterse a diferentes tipos de tratamientos corporales en lugares especializados en belleza. A estos se suman también los saunas, aunque la sensación de sus beneficios para el común de la población no parece tener tanto un anclaje en la belleza como en la salud.

ECOS hizo un sondeo de opinión entre gente que acostumbra a concurrir a este tipo de lugares, preguntando específicamente qué era para ellos ir al sauna. Casi todos asumieron que un remedio para la relajación, porque alivia el estrés.

El sauna, breve
Sauna seco: De tipo finlandés, consiste en un baño de aire seco. Ayuda a eliminar toxinas y bacterias. Ideal para la renovación de la epidermis, ya que favorece la descamación de la capa córnea, es decir, se consigue una mayor suavidad en la piel. Los músculos ganan elasticidad. Tiene un efecto relajante.

Sauna húmedo o de vapor: De tipo turco, el agua es la protagonista: tiene una alta concentración de humedad. Hidrata la piel. Como en el sauna seco, elimina impurezas.

Otros servicios: Algunos de estos locales tienen piscina (de agua fría o atemperada), por lo que los usuarios en estos casos hacen tres estaciones, a veces, durante cuatro, cinco o más horas. Pagan un solo precio (entre 18 y 30 bolivianos, dependiendo si el lugar está más o menos equipado). No todos, pero varios ofrecen comidas y bebidas.


Beneficios
“Todos los mecanismos que generan calor tienen grandes efectos beneficiosos por la dilatación de la piel, la apertura de los poros, el drenaje de las glándulas y la formación de colágeno y rejuvenecimiento”.

Regulariza la circulación sanguínea, ayuda a limpiar las vías respiratorias y, en pacientes asmáticos, el sauna húmedo (el seco no es aconsejable para ellos) contribuye en los tratamientos bronquiales. A nivel periférico, en lo psicológico, actúa como un relajante.
Al final del tratamiento de sauna, la piel se ve brillante y se siente suave.

Ayuda a deshacerse del exceso de calorías. Una sesión de sauna puede hacer quemar alrededor de 300 calorías, pero no hace perder grasa ni fortalece los músculos.

Promueve el sueño profundo

Regulariza la circulación sanguínea, ayuda a limpiar las vías respiratorias y, en pacientes asmáticos, el sauna húmedo (el seco no es aconsejable para ellos) contribuye en los tratamientos bronquiales. A nivel periférico, en lo psicológico, actúa como un relajante

Recomendaciones
El sauna es recomendable para personas con pieles totalmente sanas, sin enfermedades, en sesiones cada 15 días.
Las aguas termales, una vez al mes y cuatro o seis meses al año.
“El que no está acostumbrado, cinco a diez minutos por sesión; y el que sí está acostumbrado, 30 minutos como máximo” (Expertos en el mundo recomiendan limitar los baños seco y húmedo a 10 o 15 minutos).
Darse una ducha antes de ingresar al sauna, aguas termales y piscinas.
Lo ideal es acostarse para que todo el cuerpo se encuentre a la misma temperatura.
No hablar dentro de las cabinas y respirar por la boca y no por la nariz.
Llevar utensilios propios, toallas, sandalias y evitar el contacto directo con la piel, para minimizar las posibilidades de infecciones fúngicas en las uñas o en la piel.
Antes de ingresar y al salir, tomar bastante agua, sales de hidratación, refrescos de frutas.
Es conveniente lavarse la cara con agua de manzanilla fría y después aplicarse una crema hidratante o descongestiva.
En las aguas termales, usar protector solar para cada inmersión. Igualmente en balnearios, piscinas y lugares donde se expone la piel al agua caliente o fría con sol.
No frotarse o utilizar algún tipo de máquina para rasurar dentro del sauna o aguas termales.
No es nada favorable utilizar sal en la piel. “La medicina tradicional es beneficiosa entre comillas, porque existen reacciones en la piel a las cosas naturales que, en vez de ayudar, perjudican y en muchos casos pueden volverse un gran problema. Si utilizamos la sal en la piel, nos quema”.
No consumir alcohol, drogas ni medicación especial cuando se toma un baño seco o de vapor. Cuidar la alimentación para no sufrir una descompensación.
Si uno se excede con el sauna o las aguas termales, puede deshidratarse o sufrir de taquicardia.
“Los niños pueden entrar a las aguas termales o el sauna a partir de un año de edad, unos cinco minutos o menos, por inmersión; no más tiempo. En el caso del sauna, ubicarlos en el banco inferior, donde hace menos calor. Siempre con el control de los padres”.

Contraindicaciones
El sauna, las aguas termales, los vapores de agua y todo estímulo calórico es desaconsejable en pacientes con rosácea (piel constantemente roja), porque la vasodilatación empeoraría el eritema (enrojecimiento) propio de la enfermedad.
“En el caso de personas embarazadas, obesas o que sufren enfermedades del corazón, diabetes crónica, entre otras, es preferible evitar estos lugares, o de lo contrario tener una supervisión medica”.
Fuente: Dermatóloga Carla Flores y revista española Eroski Consumer

Entrenador y exfisiculturista: “El sauna no adelgaza”
Ronald Caballero tiene 37 años y nació en Cochabamba. Entrenador desde hace 12 años y exfisiculturista de un gimnasio, es un gran conocedor de saunas y balnearios por ser un asiduo visitante de estos lugares.
Él asegura a ECOS que “el sauna no adelgaza” y que el común de la gente está equivocada al pensar lo contrario. “El concepto erróneo de que los saunas o aguas termales promueven la pérdida de grasa todavía persiste en muchas personas. El hecho es que la pérdida de peso que producen los saunas lo es solo de líquidos, que se recuperan en cuanto bebes, como en tantas otras cosas”.
Aconseja no permanecer dentro del sauna demasiado tiempo, especialmente después de haber entrenado. “Si utilizas mucho el sauna y te mantienes allá durante mucho tiempo, es el momento de salir e hidratarse. Tampoco se puede tomar un sauna después de haber comido o ingerido bebidas alcohólicas”.
Caballero advierte que “pasar demasiado tiempo en el sauna con el objeto de preparase para una competición provoca otros peligros, particularmente, la pérdida de minerales como consecuencia de sudoración”.
“Lo mejor —dice el entrenador— es usar estos baños con moderación y siguiendo las pautas correctas, con las cuales no solo son seguros, sino terapéuticos y beneficiosos”.

El negocia del sauna: La competencia va en aumento
Hace diez años, en el sur del país no había tantos saunas. Unos pocos acaparaban la totalidad de una incipiente demanda. Ahora, el número de estos locales se multiplicó aproximadamente seis veces, lo que evidencia el crecimiento de este negocio.
ECOS consultó a propietarios de dos saunas que indicaron que el negocio efectivamente se volvió rentable, pero también hacen notar que, a la vez, el aumento de la competencia redujo las ganancias económicas.
Hugo Bustillo, de 72 años, es paceño pero radica en Sucre desde joven. Juntamente con su esposa decidieron emprender un negocio del sauna. “Empezamos por lo más rústico, llegando los últimos años a los más óptimo en cuanto a cámaras de vapor y seco que distribuyen las temperaturas ideales, aparte de ofrecer una piscina amplia”.
El sauna “Copacabana” es considerado el más antiguo de Sucre. Cumplió 33 años y, al cumplir sus Bodas de Plata, recibió una condecoración de la Alcaldía. “Nosotros viajábamos a varios lugares y pensamos en establecernos aquí; viendo que en la cuidad no había sitios de relajación, sentimos que era una buena idea y la verdad que lo fue”.
Revela que “en ese entonces no había otro sauna y la gente empezó a conocerlo. El nuestro siempre fue popular, tuvimos varias visitas (de personajes): del general (Luis) García Meza, el licenciado Jaime Paz Zamora y, en otra ocasión, una selección de Paraguay”.
Esta clase de negocios implica renunciar a los fines de semana y feriados. “Si no atiendes, pierdes clientela”.

Otra experiencia
Carlos Pereira y Roxana Coronado inauguraron hace tres meses el sauna “Agua y más”. Comentan que “fuimos fanáticos de casi todos los saunas en Sucre, fue así que decidimos poner el nuestro. Conocimos tantos lugares que dijimos: ¿por qué no poner uno que se caracterice por ser diferente y ofrecer quizás lo que les falte a otros? Y lo hicimos”.
Ellos ofrecen a su clientela una piscina de hidromasaje, que ayuda al cuerpo estimulando la circulación, elimina toxinas, alivia los dolores reumáticos, relaja los músculos contraídos, además de hidratar la piel y combatir la celulitis.
Pereira asegura a ECOS que “se contrató personal técnico especializado; los equipos son pequeños pero de alta tecnología, cumplen con las normas de seguridad. Este sauna fue diseñado con materiales propios de saunas, que no producen llama, es térmico, antihongos; materiales que cumplen con la higiene desde la instalación de bomba. Aparte, tiene una salida de emergencia”.
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