jueves, 20 de noviembre de 2014

El pecado capital de la belleza


Después de un día agotador es fácil caer en la tentación de no desmaquillarse; un mal hábito que repercute directamente en la salud de la piel. Estas son las claves para limpiar el rostro, algo más que un ritual de belleza que mantiene a raya el paso del tiempo.

“Cuando nos maquillamos, ponemos sustancias extrañas en nuestra propia piel y esto crea una película que hace que el poro no esté relacionándose con el medio ambiente de forma correcta”, dice María Segurado, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología. Es una cuestión de higiene y prevención. “Una persona que no se desmaquilla va envejecer antes y tendrá una piel sucia y seca”, añade la especialista en medicina estética.

Asimismo, si no se elimina el maquillaje, los poros se obstruyen y aumentan los restos de suciedad que se quedan sobre el rostro pudiendo causar problemas de acné o dermatitis.

María Segurado sostiene que no desmaquillarse contribuye al envejecimiento prematuro porque en una piel sucia, “las cremas o los productos de belleza que utilizamos como anti-manchas o anti-arrugas no se absorben bien y no cumplen su función”.

Una rutina para todos

Para cuidar la piel y mantenerla sana y sin problemas, hay que empezar por su limpieza: necesita ser lavada dos veces al día, al levantarse y acostarse.

Por la noche, la piel tiene que estar limpia porque durante el sueño mejora la circulación y se produce su regeneración celular. “No basta limpiar solo con agua, es necesario usar algún producto limpiador especial para retirar todos los restos de sebo y suciedad que se puedan haber acumulado durante el día, entre ellos, el maquillaje, que es una forma de ensuciar la piel”, indica Elena Soria, doctora en medicina estética de la Clínica Menorca. Por la mañana, con frecuencia aparece sebo, fruto de los procesos que se han producido en la piel durante la noche, y para eliminarlos recomienda “limpiar la cara con agua o con algún tónico refrescante antes de aplicar el tratamiento de día o la protección solar”.

Soria recuerda que hay que lavarse la cara, se haya usado maquillaje o no, “tanto por lo que expulsa la piel como por la contaminación que se va depositando y no percibimos”.



Productos ideales según tu piel

Opciones hay varias, desde leches limpiadoras y toallitas a jabones y aceite de oliva, entre otros. Aunque elegir un desmaquillante es una cuestión de preferencias, existen recomendaciones que atienden a las características de la piel.

Piel sensible. La especialista en medicina estética Elena Soria señala que cuando se trata de una piel con muchas rojeces y con tendencia a irritarse la clave es utilizar productos limpiadores que contengan sustancias calmantes.

Piel grasa. Las pieles grasas suelen requerir productos en gel o en mousse, que hacen espuma porque “retiran un poco la grasa y que dejan la piel con menos brillo”, apunta María Segurado.

Piel seca. Productos de limpieza que contribuyan a la hidratación del rostro como, por ejemplo, la leche limpiadora.

Cuidado con las toallitas. Ambas expertas desaconsejan utilizar toallitas para el desmaquillado diario. La dermatóloga explica que aunque son muy cómodas y permiten una limpieza rápida, ésta no es en profundidad y las recomienda para una limpieza puntual para llevarlas en el bolso, o cuando viajas.

Desmaquilla los ojos (con mucho cuidado)

Sombras, máscara de pestañas y delineador; los ojos son una parte del rostro sensible en la que suele aplicar gran cantidad de maquillaje. Lo ideal es usar un desmaquillante específico para ojos; pero si no se dispone de uno, se puede usar un producto indicado para el rostro pero nunca dejarlos sin desmaquillar.

Para retirar el maquillaje, Soria desaconseja hacer movimientos agresivos ya que la piel de los ojos tiende a la flacidez y señala que lo ideal sería desmaquillarse a toques.

Segurado recomienda utilizar desmaquilladores bifásicos que contienen una mezcla de agua y aceite, la cuál facilita retirar el maquillaje y no irrita los ojos. Como alternativa de elaboración casera, la especialista señala el aceite de oliva mezclado un poco de agua.

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