El sol y los rayos UV también agreden la fibra capilar, la alteran desde la superficie (la cutícula) hasta el corazón (córtex), y eso hace que nuestro cabello luzca sin luz, a veces sin vida, y con poca fuerza. Para evitar el daño en la cutícula, la base, lo que asegura la cohesión de las escamas capilares y que nos pueden hacer perder la protección del cabello. A ello se une la pérdida del color de nuestra melena, la melamina, además de la pérdida de fuerza, la queratina. Para evitar la pérdida de color, ya sea natural, coloreado o teñido, un buen protector en spray será clave para mantener el buen tono. La presencia de mascarillas de aceites, aportes extras de hidratación, ayudarán a que no esté seco, frágil y sin ese brillo extra. También cubrirse la cabeza no es sólo moda, ni obligatorio en zonas donde el sol es protagonista, es una protección para el cabello muy importante, asi que tómelo en cuenta.
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