Como sede de gobierno, La Paz es la palestra ideal para todas las protestas, no importa la índole. Casi a diario se pueden ver en las calles, sobre todo las céntricas, marchas o bloqueos que impiden la libre locomoción de los ciudadanos. “No puedo llegar a almorzar a mi casa desde hace dos semanas, llego tarde siempre al trabajo, mis hijos tienen problemas para llegar al colegio, tienen mucho miedo a los petardos y dinamitazos, la verdad a veces siento ganas de llorar”, dice Esperanza Hinojosa, secretaria paceña, cuando le preguntamos cómo se siente viviendo en La Paz. “Siento que estoy a punto de explotar, y cada vez tengo peleas más fuertes con chóferes, con los varitas de tránsito, hasta con mi familia”, dice Edgar Villarreal, contador, también de La Paz.
Y es que aunque es común que la ciudad colapse en manos de alguna demanda, y que esté agobiada por la contaminación acústica y visual, lo cierto es que los días pasados se han roto límites.
Las protestas de diferentes sectores se han conjugado haciendo que movilizarse en el centro de la ciudad o desde y hacia El Alto, sea prácticamente imposible: Los productores de caña de Bermejo, los padres de familia de la urbe alteña, las víctimas de las dictaduras militares, los comunarios de Ancoraimes, los vecinos de la Buenos Aires, y los desfiles por el Día del Mar, han colmado las arterias de la ciudad y la han asfixiado por completo. Los más perjudicados, como siempre, las personas de la tercera edad y los escolares, además obviamente de la gente con alguna discapacidad.
Pero aunque en La Paz es donde más se marcha y se bloquea, el resto del país no está exento de estas manifestaciones. El año pasado, en Tarija, un niño de ocho años murió en una ambulancia a la que unos bloqueadores le cerraron el paso. Su muerte es un ejemplo doloroso de que los bloqueos en particular, y que se impida el libre tránsito en general, causa más que multimillonarios perjuicios económicos.
Mis derechos, tus derechos
El ministro de gobierno, Carlos Romero, dijo hace poco en una conferencia de prensa: “Ofrezco disculpas a la población (de La Paz) porque recojo que hay mucha molestia por el perjuicio causado. La gente está muy perjudicada y ha habido bloqueos que rayan en la intolerancia. No puede ser que gente que compite por el liderazgo y por hacer demostración de fuerza movilice a otros, perjudique la circulación en el eje troncal de La Paz y El Alto sólo por caprichos personales de dirigentes”.
El ministro Romero ha pedido al Ministerio Público actuar de oficio y detener a quienes realizan movilizaciones y bloqueos de rutas tanto en la sede de Gobierno como en la ciudad de El Alto, porque perjudican el libre tránsito y movilización de la ciudadanía.
"Yo pido al Ministerio Público que pueda intervenir, está en la obligación de actuar de oficio para recabar la información, ordenar la aprehensión de gente que está afectando otros derechos, porque una reivindicación de lo que se considera un derecho de un sector, no puede subordinar a los derechos de la ciudadanía".
La Alcaldía paceña también ha manifestado que se encuentra trabajando en la reglamentación de algunas normas que impidan que se coarte la libertad de los ciudadanos. El alcalde Luis Revilla ha explicado que la Dirección de Vialidad está alistando una norma para que las protestas no vulneren aún más los derechos de los habitantes de La Paz: “Todos estamos ahogados con estas dificultades. Les pido (a los ciudadanos) tolerancia y paciencia, pero también les anuncio que estamos trabajando en la elaboración de algunas propuestas que ojala puedan ser aplicadas”, ha dicho Revilla.
Sin embargo el derecho a la protesta está incluido en la Constitución Política del Estado. Y la línea que divide este derecho con el atropello de los derechos de los demás es demasiado tenue.
Un pesado precedente
El abogado Cayo Salinas representó a una empresa exportadora de banano y a un hotel en el Chapare en Cochabamba, cuando Evo Morales era opositor al gobierno y hacia uso del bloqueo como arma para alcanzas objetivos de orden político, “en todas las instancias, la procedencia de los amparos constitucionales ordenaba a Evo Morales a no seguir vulnerando los derechos constitucionales de mis clientes y sentaba precedente respecto a que el derecho de una persona termina donde comienza el derecho de la otra. Incluso, por bloquear caminos, Evo Morales tuvo que pagar una suma de dinero por concepto de daño civil, que le fue mensualmente descontada de su dieta parlamentaria”, explica el Dr. Salinas. “Lo que ocurre es que una cosa es el derecho de protesta y de petición que puede tener un sector de la población boliviana y otra, que ese derecho sea confundido con acciones que incluso ingresan al terreno delincuencial”, afirma.
Las diversas interpretaciones y la complejidad social de las ciudades, hacen que varios grupos deban coexistir y compartir el mismo espacio, lo que ocasiona que, a menudo, la ciudad sea un lugar donde el conflicto de intereses y actividades se revela bajo manifestaciones más o menos latentes, donde las diversas interpretaciones del entorno, las diversas manifestaciones territoriales, los diversos significados ambientales entran en competencia.
“El espacio público es un espacio para todos pero el significado espacial es, radicalmente, idiosincrásico de las personas y grupos que se relacionan con él. Y, obviamente, no todas las personas y grupos interpretan de igual forma el espacio urbano”, explica el sociólogo español Sergi Valera. La cultura ciudadana y las normas deben combinarse para lograr una armónica convivencia entre los habitantes, sin dejar de lado el respeto a la libertad de expresión y a los derechos de los demás.
(Con datos de UPB, La Razón, Universidad de Chile).
Bloqueos y bolsillos
La Universidad Privada Boliviana (UPB) a través de su Centro de Investigaciones Económicas y Empresariales ha publicado el estudio “Inflación, Ingreso Real y Consumo de Hogares en Bolivia: Un Estudio de Impacto de los Bloqueos”, entre los periodos 2003 al 2008. En este se determina que por cada día de bloqueo y dependiendo de la ciudad que se trataba, se generó una inflación de 0.24%, 0.13% y 0.07% en LPZ, Cbba y SCZ respectivamente, que se reflejó en el incremento de precios en productos agrícolas y alimentos elaborados. El estudio revela que el efecto negativo y desigual de los bloqueos, desde el punto de vista del ingreso real y consumo afecta más a los sectores empobrecidos.
Datos ¿Tiene estrés?
Toda emoción produce una reacción física. Por ejemplo, el temor tiene el poder de paralizar el cuerpo por un momento. Sin duda, el estrés es uno de los problemas que afectan de forma más generalizada a un alto sector de la población. ¿Qué efectos puede producir el estrés?:
• 1. Los problemas de estrés que están causados por una preocupación influyen de forma directa en el sueño y en el descanso correcto. Por ello, es habitual que una persona que tiene una preocupación o que se siente nerviosa no pueda conciliar el sueño con normalidad.
• 2. La falta de descanso aumenta todavía más la sensación de malestar durante el día y causa también mal humor y agresividad.
• 3. El cansancio aumenta con el estrés, lo que es un círculo. El organismo tiene que hacer un gran esfuerzo por soportar esa situación de estrés durante tiempo prolongado.
• 4. El estrés puede cambiar hasta los hábitos alimentarios. En este sentido, cada persona reacciona de una forma totalmente diferente. Por ejemplo, existen personas que cuando están ansiosas tienden a comer más. Sin embargo también están quienes pierden el apetito ante la angustia.
• 5. El estrés también puede causar cambios de carácter y variabilidad en el estado de ánimo haciendo más intolerante a las personas.
• 6. Para reducir los efectos del estrés es muy útil practicar deporte, una buena nutrición, no consumir irritantes (alcohol, cafeína, tabaco), y reconocer a tiempo que el estrés se está convirtiendo en un problema en su vida para buscar ayuda. No olvide que los niños, y hasta las mascotas, también pueden estresarse.
(www.todomedicina.com)
Estrés “diabólico”
Oscar Martínez [psicólogo, psicosisgrupo@gmail.com)
El estrés se define como la combinación de tres elementos: El ambiente, los pensamientos negativos y la activación del cuerpo, que conforman un conjunto de síntomas conocido como Síndrome del Estrés. Las formas de responder a los estímulos estresantes son por lo general, la ira, la ansiedad o la depresión. Se podría decir entonces, que el estrés es una reacción o una movilización corporal ante los estímulos externos, configurados por nuestras formas de pensamiento, lo cual hace que respondamos a determinadas situaciones, de formas definidas desde lo social y lo cultural. Evidentemente, en los últimos tiempos, la palabra estrés se ha convertido en un mantra y en la explicación a un sinfín de comportamientos inesperados o agresivos que vemos a diario por ejemplo en el tráfico infernal de la ciudad, donde las respuestas coléricas o ansiosas de peatones y chóferes, crean andanadas de insultos y actitudes agresivas de unos a otros, generalizando el malestar al resto de las personas.
¿Qué hacer para combatir el estrés urbano? Creo que sugerir a las personas que utilicen las técnicas de afrontamiento y asertividad que se suelen utilizar, no funcionará en un medio como el nuestro en el que una muela tiene que doler realmente para que se visite al dentista.
Pero no todo es desánimo. Si Usted está cansado del desorden y el caos, si lo tienen harto las movilizaciones, los petardos y hasta los dinamitazos, recuerde que:
1) Sus hijos, y los niños en general, no tienen la culpa del infierno urbano que habitamos y al cual ellos también se ven sometidos.
2) El estrés es el pensamiento negativo adecuado, ante una situación determinada. Piense y reflexione en su comportamiento “diabólico” justo e injusto para con sus conciudadanos y analice diariamente las agresiones de las que usted también es víctima.
3) Hable del problema con la gente de su entorno (familia y compañeros de trabajo) y piense en soluciones agradables para estos casos, planear vacaciones o relajantes comidas de pareja o familiares.
Si nada de ello le resulta, vea la posibilidad de marcharse a alguna playa en el Caribe, pero asegúrese de que haya una buena pesca y que los lugareños sean amables; del estrés no se puede escapar, pero sí que se puede trabajar para que no haga la vida tan miserable.
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