Has escuchado hablar incontables veces del yoga y sus beneficios. Quieres probarlo pero no sabes por donde comenzar o te sientes intimidada por esas complicadas posturas. Además, ¡ni puedes alcanzar la punta de tu pie!
Son muchas las personas que comienzan a interesarse en el yoga como una manera de mantener el cuerpo flexible y en forma, otros se acercan a esta disciplina en busca de ayuda o alivio a ciertas dolencias, como la tensión o el dolor de espalda. Hay quienes acuden a él impulsados por la sensación de que algo les falta en la vida. Sea cual fuere la razón, el yoga es una herramienta para encontrar no solo lo que estás buscando, pero mucho más. Para entender lo que es el yoga es necesario experimentarlo personalmente, pues a primera vista no parece más que una serie de posturas extrañas que mantienen el cuerpo esbelto y flexible. Pero si lo practicas con constancia, te darás cuenta que la manera de ver la vida cambia, pues mediante la persistencia en la tonificación y relajación del cuerpo, la mente comenzará a sentir un estado de paz interior. En esto radica la esencia del yoga.
Para comprender mejor esta ciencia holística de vida, cabe resaltar que el yoga es una manera de vivir, un sistema completo de educación del cuerpo, mente y espíritu.
Este “arte de vivir” es el sistema de desarrollo y evolución personal más antiguo del mundo (perfeccionado y practicado en la India hace miles de años). Los antiguos yoguis tenían una comprensión profunda de la naturaleza esencial del hombre y de sus necesidades para vivir en armonía consigo mismo y con el medio ambiente.
En realidad el yoga es un mundo mucho más complejo que abarca diferentes formas de yoga: el karma yoga (camino activo), el jnana yoga (camino filosófico), el bhaku yoga (camino de la devoción) y el raja (el camino de la ciencia). En el raja yoga encontramos al yoga que “conocemos”. El raja yoga prescribe un método psicológico basado en un sistema práctico de concentración y control mental que se logra mediante una conducta correcta, un cuerpo sano, una postura estable, una respiración regular y el abandono de los sentidos. El hatha yoga, es una forma de raja yoga que hace hincapié en las asanas (posturas) y el pranayama (respiración). Esta maravillosa parte de esta compleja ciencia es lo que hoy muchas conocemos como yoga.
Razones para practicar yoga
Si cuando te estiras pareces una sonajera, puede que tu cuerpo esté intentando decirte algo.
La flexibilidad de tus arterias guarda relación con la de tu cuerpo. Con esta y otras afirmaciones, la ciencia moderna apunta algo que los yoguis llevan siglos defendiendo: el poder de esta disciplina para mantener saludables cuerpo y mente y desacelerar el proceso de envejecimiento.
Hay tantas razones para iniciar una práctica de yoga como personas: comenzarás a notar sus beneficios desde el primer día.
No sólo tu cuerpo se acostumbrará rápidamente a las asanas (posturas), pero se resentirá si no recibe la dosis necesaria. La mente encuentra paz en el instante en que toma contacto con el cuerpo y la respiración. Y es que con nuestro cuerpo, nuestra respiración y nuestra mente podemos fabricar pausas de serenidad.
Quizá lo hayas escuchado antes: yoga significa unión. Unión del cuerpo, la mente y el alma. Por otra parte, unión con lo que eres en este momento, con lo que vives este instante. Cuando trabajas con constancia y determinación con este objetivo, tu vida se llena de alegría y satisfacción.
Comienza hoy y déjate llevar y disfrutar por la dulzura del momento. En palabras del Swami Vishnu-devananda: “Un gramo de práctica vale más que una tonelada de teoría”.
Mejora tu flexibilidad, tu fuerza y libera la tensión muscular. Toma conciencia de cómo te mueves: una sencilla rutina de asanas puede ayudarte a que te libres de ese persistente dolor de espalda y fortalezcas notablemente tu musculatura.
Mejora la digestión. Existen posturas muy eficaces contra el estreñimiento. Por cierto, ¿sabías que el yoga es una herramienta eficaz para perder peso?
Toma conciencia del vínculo entre tu respiración y estado de ánimo. El Pranayama o control de la respiración es una herramienta muy valiosa para tomar las riendas de tus emociones y no dejarte arrastrar por la primera reacción ante situaciones incómodas, lo que nos sucede a menudo y luego maldecimos el momento que salieron esas palabras de nuestra boca. El yoga propone diferentes tipos de respiración para calmar la mente, proporcionar calor o expulsar toxinas, por ejemplo.
Más sana, más energética. El yoga contribuye a estimular el sistema inmunológico y es una herramienta eficaz para eliminar toxinas e incrementar los niveles de energía. Hay largas series de posturas para esos tres aspectos.
Elixir de la juventud. Como mujeres estamos en constante búsqueda de la juventud; solo basta ver a Sting y Gwyneth Paltrow para darnos cuenta que el yoga es la clave. El envejecimiento es, en buena parte un proceso artificial, causado principalmente por la autointoxicación y el autoenvenenamiento. Si mantenemos nuestro cuerpo limpio y bien lubricado, podremos reducir de forma significativa el proceso catabólico de deterioro celular.
Cuida tu salud
En los últimos años la investigación médica ha prestado más atención a los efectos del yoga y la ciencia confirma la veracidad de los beneficios que los yoguis vienen defendiendo desde hace 5.000 años, cuando esta disciplina nació en India. Y no sólo funciona para lo más evidente (y comprobable) como el dolor de espalda o la ansiedad. Es también útil para combatir inflamaciones o para el corazón, según estudios. Una buena práctica de yoga te ahorrará muchas visitas al médico. Dicen los yoguis que el tiempo que tenemos asignado no se mide en años, sino en respiraciones.
Otros estudios han demostrado que la relajación en la postura llamada “el cadáver” reduce la hipertensión y que la práctica regular de las asanas y pranayama puede aliviar dolencias tan diversas como artritis, arteriosclerosis, fatiga crónica, venas varicosas y afecciones cardiacas. En pruebas de laboratorio se ha confirmado también la capacidad de los yoguis de controlar conscientemente funciones autónomas o involuntarias como la temperatura, el latido cardiaco y la presión sanguínea. Un estudio de los efectos de seis meses de práctica del hatha yoga demostró los siguientes efectos: un incremento significativo en la capacidad pulmonar y de la respiración; reducción del peso corporal y del cinturón adiposo (esos rollitos que más odiamos); aumento en la capacidad de resistencia al estrés y disminución de los niveles de colesterol y azúcar en la sangre. El resultado de todo ello es un efecto estabilizador y restaurador de los sistemas naturales del cuerpo. No hay duda alguna sobre la eficacia del yoga como medicina, tanto preventiva como curativa. /
TOP 5 PAZ INTERIOR
Para los yoguis el cuerpo es un vínculo para el alma. Al igual que un auto necesita un sistema de lubricación, una batería, un sistema de refrigeración, combustible adecuado y un conductor responsable tras el volante, para funcionar bien el cuerpo también debe cubrir estas necesidades. Por ello, los cinco pilares básicos de la práctica de yoga según Swami Vishnudevananda son asanas (posturas físicas), ejercicios de respiración, relajación profunda, dieta vegetariana y pensamiento positivo. Todas las técnicas del yoga culminan en la meditación, la experiencia de unidad con uno mismo.
1 Ejercicio adecuado: Asanas. En el yoga, los ejercicios físicos, denominados asanas, palabra del sanscrito que significa “postura estable”, son no violentos y proporcionan un suave estiramiento que lubrica articulaciones, músculos, ligamentos, tendones y otras partes del cuerpo, además que tonifican el sistema nervioso, mejoran la circulación, liberan tensiones y aumentan la flexibilidad. Cuando se realizan de manera lenta y relajada desarrollan algo más que el cuerpo físico; amplían las facultades mentales y aumentan la capacidad espiritual.
2 Respiración Yoguica: Pranaya-ma. La respiración profunda limpia y nutre el cuerpo físico. Al inhalar en profundidad se absorbe oxígeno en abundancia, elemento esencial para todas las células del cuerpo. Al exhalar, se expelan los productos de desecho. La respiración también ayuda a conectar el cuerpo con su materia, el plexo solar, donde se almacena un tremendo potencial de energía. Cuando se aprovecha mediante las técnicas de respiración del yoga (pranayama) esta energía vital, o prana, se libera para producir rejuvenecimiento físico y mental. El pranayama limpia y fortalece los chakras.
3 Relajación adecuada. Cuando el cuerpo y la mente se encuentran continuamente tensos y agobiados disminuye su eficiencia natural. El descanso y la relajación son las maneras que tiene la naturaleza de proporcionar al cuerpo una oportunidad para recuperar fuerzas. Igual que el radiador de un auto, refrigeran el sistema. Los métodos de yoga reeducan la mente y los músculos para que se relajen completamente.
4 Dieta adecuada. Una dieta adecuada permite al cuerpo obtener los máximos beneficios de la comida, el aire, el agua y el sol, La dieta yoguica consiste en alimentos fáciles de digerir y que favorecen una buena salud. Además de ser sencilla, natural y completa, tiene en cuenta el efecto que la comida tiene en la mente y en el cuerpo astral.
5 Pensamiento positivo y meditación. De igual modo que todo vehículo necesita un conductor inteligente, el cuerpo necesita una mente equilibrada que mantenga el control. La meditación regular ayuda a conseguirlo. La mente se vuelve más clara, más centrada y mejora la capacidad de concentración. El pensamiento positivo purifica el intelecto y se empieza a experimentar sabiduría y paz interior.
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