miércoles, 20 de julio de 2011

El universo de la calefacción

Suelen ser tres los factores decisivos a la hora de escoger un equipo adecuado: el precio; el modelo, dependiendo de la ubicación que le darás, y la seguridad que te ofrece.

El tamaño y el nivel de renovación de aire de un determinado espacio son factores relevantes a considerar cuando elijas un lugar dónde ubicar la estufa. De la combinación de estos factores surgen las siguientes recomendaciones.

Para el living, salón o comedor, que son lugares con constante renovación de aire, son recomendables las estufas a parafina, a gas catalítico, a gas de llama abierta o a gas infrarrojo. El riesgo de incendio o intoxicación es menor que en un cuarto pequeño.

En cambio, si hablamos del dormitorio, la mejor opción está en las estufas halógenas, las con calefactor a cuarzo, con termoventilador o convector eléctrico.

En el baño puedes adecuar una estufa eléctrica, sólo si cuenta con la debida protección contra humedad. Para el pasillo es recomendable una estufa a parafina o convector eléctrico. Resultan económicas.

Pero no sólo en casa hace frío, sino también en la oficina. En ella puedes usar una estufa halógena si el ambiente es pequeño y, si es grande, una estufa con termoventilador o placa radiante, que es más fuerte.

Por conducción
Hay estufas que transmiten su calor por contacto directo de un cuerpo de mayor temperatura hacia otro de menor. Ejemplo: tiene la capacidad de calentar camas (frazadas eléctricas, calienta pies y otros).

Por convención
La transmisión de calor se realiza mediante la circulación del aire en un espacio definido. Ejemplo: las estufas convectivas. Y por radiación, el calor se transmite vía ondas radiantes gracias a las estufas infrarrojas.

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