jueves, 16 de junio de 2011

Amar y cuidar la piel

A partir de los 25 años, la piel empieza a reclamar unos cuidados más específicos para prevenir el envejecimiento y la deshidratación facial. A veces el rostro no acompaña la edad debido a diferentes acciones que aceleran el proceso, como la exposición al sol, la mala nutrición, la hidratación, el uso de maquillaje por largo tiempo, el cigarro, entre otros.

El envejecimiento temprano. Los músculos de la cara son los que definen nuestra expresión (felicidad, tristeza, cansancio, miedo...) es por ello su importancia. El envejecimiento se puede detener. Una alimentación sana -rica en frutas y verduras- y el ejercicio son nuestros grandes aliados. En el caso de los fumadores parecen de mayor edad por una proteína que está en la piel, la metaloproteinasa, que degrada el colágeno de la dermis el cual es importante para mantener las propiedades elásticas, especialmente en la región facial. También las grasas y los cambios bruscos de peso, son los peores enemigos. La tensión los endurece, la ira los tuerce, la depresión los debilita.

Paso de los años. A los 25 años: El envejecimiento comienza a ser visible y las células viejas se reponen más lentamente. A los 30 años: Aparecen más arrugas finas con el deterioro del colágeno y la elastina, y la delicada piel que hay por debajo de los ojos comienza a perder espesor. De los 40 años en adelante: Empiezan a formarse arrugas más profundas alrededor de la boca y los ojos. Aparecen surcos en la frente y, bajo los ojos, unas arrugas curvilíneas que pueden llegar a convertirse en bolsas. La piel se reseca perceptiblemente y se vuelve más sensible a los factores ambientales.

Acciones que envejecen

El frecuente uso de la cama solar, así como la mala alimentación y no beber agua aceleran el proceso.

3 Sugerencias
Hacer ejercicios, tomar 2 litros de agua al día y comer saludable.

3 Aspectos
Se notan en una piel cuidada: luminosidad, color y elasticidad.

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