“El componente que hidrata en una bebida es su contenido hídrico, evitando que la piel se vuelva áspera y más propensa a la aparición de arrugas por la pérdida de humedad”, asegura la dermatóloga norteamericana Yubak Teller.
Cuando una persona toma una bebida, el agua que ésta contiene llega al estómago y desde ahí se distribuye a través de los vasos sanguíneos para llegar a los distintos órganos, incluyendo la piel, Añade Teller.
Las infusiones, refrescos, zumos, lácteos o los caldos, hidratan el organismo y ayudan a mantener un aspecto saludable por su alto contenido hídrico.
En cambio, cuando no se bebe agua en la cantidad recomendada por especialistas se producen diversas alteraciones en el funcionamiento corporal y disminuye la capacidad de protección de la dermis, ya que el equilibrio hídrico de la piel se altera y no ejerce adecuadamente sus funciones protectoras y reguladoras. Siendo así, las altas temperaturas, la exposición al Sol y la sudoración excesiva ocasionan en el rostro, el cuello, las manos y los antebrazos, partes más sensibles del cuerpo, resequedad y la posterior formación de arrugas.
2 Litros de agua diariamente
Ayudan a tener una piel hidratada, juvenil y sin arrugas.
El componente hídrico desciende al estómago y desde ahí se distribuye a través de los vasos sanguíneos para llegar a los distintos órganos, humedeciendo la piel y evitado el resecamiento.
Buena alimentación
Comer variedad de frutas, verduras como el tomate y cebolla y hortalizas también contribuyen a la hidratación por su alto contenido en agua. Consumir zumos, ensaladas de fruta, lácteos y caldos.
Evitar el alcohol y la exposición al Sol
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