EL PRIMER PASO. Según Wilfredo Durán, jardinero de profesión, antes de plantar las rosas hay que humedecer las raíces. "No se debe dejar pasar mucho tiempo entre la compra y la plantación de rosales. Si no tienes otro remedio, debes procurar que las raíces no se sequen. Para ello, antes de plantarlas, hay que poner las raíces durante una hora en una mezcla de turba, tierra de jardín y agua en partes iguales. Además de ayudar a que no se sequen, esto hará que la planta se arraigue mucho mejor. De paso se puede aprovechar y sacar las raíces débiles, así como los retoños, que sólo debilitarán a la planta", añade.
EL AGUA DE LA VIDA. Las rosas no son muy exigentes en cuanto al riego, una vez arraigadas, incluso aguantan la sequía dice la explicación. "Pero, tampoco se debe olvidar que como todo ser vivo, sus primeros años son los más importantes. Por este motivo, después de la plantación hay que regarlas de forma abundante, pero sin encharcar", dice Durán.
FRENTE A LA MALEZA
Controle las malas hierbas, ya que pueden competir por los nutrientes y el agua con las rosas. Aplique un acolchado de estiércol maduro, que evitará que aparezcan las misma. En caso de que ya hayan salido, arrancar con la mano, controlando sacar el cuerpo y la raíz de la maleza.
EL ABONO
En primavera, añada una capa de 8 cm de grosor de estiércol bien descompuesto. Además, desde la primera floración hasta el verano, es conveniente que le aplique un fertilizante bajo en nitrógeno. Échelo cuando el terreno esté húmedo, sin tocar el tallo.
EL CORTE
Si desea alargar el período de floración de las flores, debes cortarlas conforme se van secando. Utilice una tijera bien afilada, preferentemente de poda. También si observa una rosa enferma, es mejor cortarla de inmediato, para evitar que se extienda la plaga.
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