El cabello graso se debe a un desajuste en las glándulas sebáceas, que secretan el sebo. Esta es una sustancia natural que lubrica el cabello y lo protege. Es muy necesario, pero cuando está en exceso, aparece la grasitud en el cabello, la cual lo hace parecer pesado y pegado.
Causas
Este fenómeno es probablemente genético, pero el estrés, los nervios, una alimentación desequilibrada y demasiado rica en grasas, un período de gran cansancio, un champú no adecuado o el uso abusivo de tintes químicos acentúan el problema.
Cómo tratar el cabello graso
Lo primero está en escoger el shampoo adecuado. Hay shampoos especiales para el cabello grasoso, estos tienden a equilibrar las glándulas sebáceas. También es recomendable que ocupes un shampoo con PH neutro o muy suave. Es importante que al momento de lavar tu cabello, utilices poco shampoo, de manera de no alterar mucho el equilibrio natural de tu cabello. Lo ideal es que lo laves día por medio, ya que si lo lavas todos los días, tu cabello querrá defenderse de esta agresión y producirá más sebo. Además, si lo lavas día por medio, a la larga se acostumbrará a producir menos grasa, manteniéndose limpio por más tiempo.
Qué debes evitar…
Evita, para no activar las glándulas sebáceas que provocan el exceso de sebo, y el cabello y el cuero cabelludo grasos:
• El champú para bebés o niños, muy suave pero con un efecto sobreengrasante no adecuado para adolescentes y adultos.
• Dos lavados sucesivos, el segundo tiene un efecto decapante.
• El agua a temperatura demasiado elevada.
• El secador demasiado caliente cerca de las raíces.
• Secar el cabello frotándolos con una toalla.
• Lavarlo todos los días
• Masajear muy fuertemente el cuero cabelludo con tus dedos o tus uñas mientras te lavas el cabello.
• Cepillarlo repetidas veces (esto activa las glándulas sebáceas).
Consejos prácticos para lucir un cabello hermoso
• Un masaje ligero y rápido del cuero cabelludo antes del champú: activa la microcirculación
• Luego de aplicar el Shampoo, date el último enjuague con agua fría.
• Secar el cabello primero con la toalla y finalmente con el secador a temperatura baja.
• Añade a tu shampoo tres o cuatro gotas de aceites esenciales de limón o naranja.
• Una vez a la semana enjuaga tu cabello con una mezcla preparada en base a una cucharada de vinagre, aceite de romero y unas gotas de limón.
• Utiliza preferentemente cepillos con dientes de plástico o madera y separados entre sí.
• Aliméntate en forma saludable y equilibrada, has deporte y duerme lo suficiente.
• Un presecado del cabello con una toalla, para quitar el exceso de agua.
• Utiliza el secador, a temperatura suave y a 15 cm del cabello, y no lo dejes más de 15 segundos en el mismo lugar.
Se puede tener un cabello sano…
Como complemento de los cuidados que das a tu cabello, es indispensable tener una buena higiene de vida. Duerme bastante, come equilibrado. Una alimentación rica en verduras y fruta fresca ayuda a eliminar las toxinas. Haz curas de complementos nutricionales antigrasa a base de aminoácidos azufrados y de vitamina B6, que actúan a largo plazo.
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