Es por ello que se debe evitar labores domésticas, subir y bajar escaleras, conducir y levantar peso. Se puede alzar al bebé, pero hay que tener cuidado si se tienen otros hijos que piden los brazos de mamá, no se debe esforzar, ya que puede ocasionar que se abra la herida. Y, si las visitas obligan a hacer un esfuerzo, es mejor que esperen para conocer al recién nacido y evitar problemas a futuro.
La sutura también cuenta. La cicatrización depende del tipo de sutura que hayan empleado, actualmente se utiliza cada vez más una sutura que se reabsorbe por sí sola y solo hay que retirar los extremos. Un buen consejo es intentar mantener la cicatriz al aire el mayor tiempo posible, eso ayudará a que cure antes.
Un doctor da su consejo. El dermatólogo Gustavo Sauma recomienda que lo principal es ver cómo está la cicatrización, que no esté roja, ni infectada y mucho menos mojada porque esas son señales de alerta y pueden provocar la piel queloide. “Hay cirugías reconstructivas de esa zona, pero puede ser que quede bien o que la deforme”, confesó el especialista.
1 Lavado. Lavar la cicatriz con agua y jabón (preferiblemente con la mano, pues la esponja puede engancharse en las grapas). Hay que tener cuidado con el roce de la ropa.
2 Bien seca. Secarla con una gasa estéril (dando pequeños toques, sin arrastrar) y dejarla unos minutos al aire. No es conveniente cubrirla con apósitos.
3 Sin medicamentos. Hay que evitar las soluciones con yodo, que pueden pasar a través de la leche materna al bebé y fijan las grapas de la herida.
4 Hidratación. Para que la piel cicatrice correctamente es importante mantenerla hidratada. Los geles y las cremas disminuyen el proceso inflamatorio.
5 Masajes. Se debe hacer masajes sobre la herida, una vez retirado los puntos y cuando el dolor lo permita, ya que logran reducir el volumen de la cicatriz.
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