Seguramente ha escuchado hablar de implantes de silicona en senos o prótesis mamarias que son muy usadas en cirugías estéticas con el fin de aumentar el tamaño de los pechos femeninos, pero como todo en la vida no es para siempre y tan hermoso como se "pinta", porque toda mujer que se somete al quirófano por estos elementos, tiene una lista de advertencias que deben cumplir al pie de la letra si quieren lucir sus nuevas adquisiciones. Uno de esos puntos, son las consecuencias de usar ducha y cama solar y que José Luis Ballivian Rico, cirujano plástico explica sobre el tema.
Situación. No se debe ir a las duchas o camas solares usando prótesis mamarias, porque corren el riesgo de que se "encapsulen" ya que el calor aumenta la temperatura de la prótesis y eso puede generar que el organismo reconozca la silicona (que es un producto inerte que teóricamente el organismo no lo reconocería) como un cuerpo extraño y lo encapsula (comienza a formar un tejido duro alrededor de la prótesis), para evitar que le pueda hacer daño al propio organismo.
Síntomas. Muchas personas que se han hecho este tipo de cirugías y han recurrido a la cama solar, "sus prótesis se ponen duras y no es que ellas no se den cuenta, porque luego me cuentan que cuando iban a broncearse sentían que sus pechos se les calentaban", indicó el cirujano. Versión que fue corroborada por el cirujano Edwin Melgar, de una clínica en el vecino país de Argentina. Según este último, la mujer debe prevenir este tipo de incidentes y tras sentir cualquier malestar acudir a su médico.
Problema: Una vez que se llegan a encapsular, las prótesis se deforman, haciendo que se vean feas, "se suben, se bajan o se hacen cuadradas". La solución para que sean perfectas únicamente es cambiándolas por medio de otra cirugía. Aunque las pacientes pueden vivir con sus senos duros, porque no todas sienten dolor, lo recomendable es que cada 10 años se deben cambiar, sea que estén o no encapsuladas.
Arrepentimiento "Cuando les hago la cirugía, les recomiendo que no deben usar este tipo de bronceadores, algunas me hacen caso, pero otras no y cuando vienen se arrepienten, porque basta con que solo hayan ido una vez".
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