domingo, 2 de marzo de 2014

El láser convierte a Santa Cruz en fuente de juventud



El láser ha invadido la medicina en Santa Cruz. Aunque su uso para el ‘rejuvenecimiento’ es uno de los más demandados, también permite lograr intervenciones con menor riesgo, de más fácil recuperación y a un costo mucho más bajo de lo que representaría salir al exterior.
Hasta hace cinco años, para el urólogo René Heredia, era impensable hacer una intervención en la próstata y devolver al paciente a sus actividades normales. No había otro camino que hacer un corte en su barriga para extraer la próstata, esperar mucho sangrado al punto de requerir transfusión de sangre, padecer intoxicación en los riñones por exceso de suero y una recuperación muy larga.

Hoy, con el láser verde (emana una luz de este color) el sangrado es mínimo y la recuperación, inmediata. En seis a 12 horas el paciente abandona la clínica y retoma su vida normal.
Una cirugía así en el mercado cruceño cuesta unos $us 2.000, mientras que en países vecinos oscila entre $us 8.000 y 10.000. Los precios más accesibles atraen a muchos pacientes de Brasil y Chile, en particular.

La parte estética
El ‘peeling’ y el lifting facial son los más requeridos para rejuvenecer y tensar la piel del rostro. El láser cumple la tarea de fotoestimular células y estructuras de la piel mejorando su vitalidad, no es un procedimiento quirúrgico, explica la médica estética, Kelly Rocabado.
El fraccionamiento cada vez mayor del haz del láser lo ha hecho menos invasivo y mucho más estimulante. Entre otras cosas, también se pueden eliminar las ‘arañas’ vasculares en la cara y las piernas, además de hacer una depilación definitiva.

Rocabado cuenta que muchas de sus pacientes incluso son bolivianas que migraron a España y que aprovechan su visita o vacaciones para hacerse un tratamiento con láser para rejuvenecer. Y es que en Santa Cruz una sesión cuesta entre $us 50 y 100, mientras que en el exterior está alrededor de los $us 300 y se necesitan al menos tres. Si se trata de eliminar un lunar, el láser permite evitar las cicatrices o hacerlas casi invisibles.

El láser también revolucionó la ginecología. La disminución del diámetro de la vagina para una mayor gratificación sexual es una de las intervenciones que más se benefició.
Anteriormente, esto demandaba una operación que dejaba cicatrices en la mucosa y le restaba secreción. Con el láser, solo es necesaria la anestesia local, no produce dolor, no existe un corte, no quedan cicatrices y la paciente puede retomar sus actividades normales de forma inmediata, explica la cosmetoginecóloga Yoelma Eid.

La reducción o reconstrucción de los labios menores de la vulva, que a veces son asimétricos o protuberantes e incomodan o se ven mal hasta con el uso de bikinis, incluso en niñas, es otra de las intervenciones que se hacen con láser. Eid recibe muchas pacientes de Brasil y Chile. “La mayoría es gente que viene a Santa Cruz a hacerse una lipocirugía o levantamiento del busto y aprovecha para hacerse la otra intervención con láser, porque no precisa de internación”, dice.

Con esta técnica también se puede detener la incontinencia urinaria temporalmente. Según Eid, a partir de los 40 años la uretra pierde hasta el 30% de su capacidad de cierre y con el laser se estimula el colágeno que está alrededor de la uretra para que vuelva a cerrarse por completo. Este efecto dura seis meses, por lo que el tratamiento debe repetirse tras ese lapso.
Según dice, hasta hace unos años era muy difícil convencer a la gente que con una ‘luz’ se podía curar o aliviar su problema, pero hoy cada vez más pacientes confían en el láser. “Cada mes tengo al menos 10 tratamientos de estos. Además, son intervenciones menos caras porque no requieren quirófano ni anestesiólogos”, asegura.
Por ejemplo, la reducción quirúrgica de la vagina cuesta unos $us 1.100, mientras que con el uso del láser cuesta unos $us 500. Sin embargo, hay casos en los que necesitan sí o sí una cirugía porque el daño es mayor.

Reducción de várices
La paciente está feliz porque las pocas várices que le quedan en las piernas casi ni se ven, a diferencia de lo que tenía antes del tratamiento con láser. La mujer, que guarda en reserva su nombre, atribuye sus várices al hecho de estar mucho tiempo de pie por sus actividades diarias. El cirujano cardiovascular Óscar Frerking, de la clínica Incor, asegura que tratamientos como este, por lo general, llevan dos semanas y se lo debe combinar con la técnica de la escleroterapia o inyecciones. El láser se lo aplica para la eliminación de ‘arañitas’ (várices delgadas) y para las várices enfermas y gruesas que causan complicaciones. Es última, en quirófano.

El procedimiento tradicional consiste en retirar con un cateter la vena ‘madre’ dañada, produciendo un poco de hemorragia interna y demandando al menos siete días de recuperación. Pero con el láser se introduce una microfibra y se va quemando la vena por su interior hasta dejarla sellada por medio del calor y, finalmente, se la desintegra. De esa forma ya no se necesita retirarla, explica Frerking. Esta técnica permite una recuperación más rápida y disminuye las cicatrices.
Una de estas intervenciones en países vecinos cuesta $us 2.000, mientras que en Santa Cruz está alrededor de $us 1.000. Frerking recibe muchos pacientes del interior del país y de provincias

PARA TOMAR EN CUENTA

Riesgos del uso del láser
Los profesionales detallan dos riesgos importantes: que la máquina falle o que esté mal calibrada produciendo sobre todo quemaduras, y que quien opere el equipo esté mal capacitado. Cerciórese de que sea un profesional tanto en el uso del láser como de la especialidad médica que requiere.

Tecnología de punta
Comprar un equipo láser es caro, pero como ya hay distribuidoras en Bolivia es más fácil adquirirlos. Muchos médicos han tenido que asociarse o prestarse de un banco. Ya se usan equipos que valen desde $us 35.000 hasta más de $us 500.000.

PACIENTES PUEDEN DEJAR LOS ANTEOJOS
Las correcciones de miopías y astigmatismo, además de la presbicia (dificultad para leer o ver cosas de cerca, sobre todo después de los 40 años), son las intervenciones más comunes con láser. Así lo explica el oftalmólogo Emilio Badani, admitiendo que esta última época ha sido el ‘boom’ en la aplicación de esta técnica.
Hasta hace unos años la presbicia no se operaba y los médicos solo prescribían anteojos, pero ahora el láser ha posibilitado a muchos pacientes dejar el uso de lentes.
Cuando se operaba de cataratas se dejaba una cápsula o bolsa donde se introducía un lente intraocular y en muchas ocasiones esta cápsula se volvía opaca. Según Badani, hoy el láser permite abrir esa parte opaca y devolver la visión normal.
El especialista asegura que la competencia en el mercado ha hecho que los precios sean cada vez más accesibles al paciente. Hace 15 años una operación con láser de ambos ojos costaba unos $us 3.000 y hoy oscila entre $us 1.500 y 1.600.

ANÁLISIS

Hay quienes usan láser sin ser médicos
Erwin Viruez - PRES. COLEGIO MÉDICO
Santa Cruz se ha convertido en la ciudad abanderada del avance tecnológico en medicina, no solo para hacer diagnósticos, sino también tratamientos. Este desarrollo ha estado en manos de privados y el sector público debería competir con este porque sería una forma de garantizar el derecho fundamental de la salud a todos los pobladores; en eso estamos insistiendo como Colegio Médico. Está bien que se construyan hospitales, pero esto debe estar acompañado del desarrollo tecnológico de punta y lamentablemente, si hablamos de equipamiento, muchas veces se compra lo que no se debe.
También hay que advertir que muchos profesionales que no están relacionados al área de la Medicina empiezan a introducir el láser, sobre todo en cirugía estética, llegando a producir lesiones en los pacientes. El Ministerio de Salud debería controlar este campo, pues no existe ninguna normativa para regular a los spa y otros centros de estética, a diferencia de los médicos que tenemos nuestra ley del ejercicio de la profesión

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