Las japonesas parecen haber descubierto un tratamiento mágico para retroceder el reloj y mantenerse jóvenes: bañarse en aserrín fermentado.
Las enzimas provenientes del fermento vegetal que se halla dentro del aserrín calientan el cuerpo hasta 40 grados centígrados. Se dice que el proceso activa los órganos internos, optimizando así el metabolismo, mejora la inmunidad y la circulación. También estimula la transpiración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario