Existe un grupo privilegiado de humanos, muy exclusivo, que no tiene el gen que produce mal olor en las axilas cuando transpira. Sin embargo, el 78 por ciento de ellos gasta cientos de miles de dólares en desodorantes.
Una investigación realizada en la Universidad de Bristol y publicada en el Journal of Investigative Dermatology estudió a 6.495 mujeres con sus parejas e hijos y descubrió que cerca del 2 por ciento lleva una rara versión del gen ABCC11, lo que significa que sus axilas están libres del familiar olor.
En el noreste asiático los privilegiados son mayoría. En América Latina, varía según el origen (o la mezcla) étnico de la persona; por ejemplo, en México, la tendencia es muy parecida a la europea.
´En realidad el gen lo tenemos todos, el que produce el mal olor y el que no´, explica el doctor Santiago Rodríguez, uno de los autores del estudio. Se trata de un gen recesivo y para activarlo tiene que venir del padre y de la madre.
´Es cuando existe una combinación de variantes de ese gen, que se produce el no olor´, agrega.
Según los expertos, el gen del olor en las axilas es el mismo del cerumen del oído. Es decir, quienes tienen la variante genética del no olor tienen un cerumen seco, en vez del pegajoso conocido por muchos. Revisar la cera del oído podría ser un buen indicativo de si la persona produce o no mal olor.
El estudio señala que mientras el 5 por ciento de las personas que producen el olor no usan desodorante (en Europa serían más de 35 millones de personas), un quinto de los que no huelen mal utilizan el desodorante a diario.
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