domingo, 16 de diciembre de 2012

Belleza y maquillaje aliados femeninos

Nueva propuesta

creaciones innovadoras

Maquillar el rostro no significa convertirlo en una máscara.

Lo que se busca es resaltar sus puntos positivos y hacer menos notorios las imperfecciones.

Adriana Espinoza Irigoyen es una joven que no es diferente a las otras mujeres, pero cuando enfoca su atención en el rostro de su cliente, parecería que detrás de aquellos anteojos de vidrio la maquilladora solo visualiza un lienzo en blanco, listo para pintar; y es que Adriana concentra su mirada por unos minutos en el rostro de sus modelos y las convierte en obras de arte.

Verla trabajar es realmente inspirador ya que pareciera que escribe versos en cada una de sus creaciones. Sus ojos recorren como un scanner cada rostro que ve y apenas demora unos segundos en descubrir ¿qué falta?, ¿qué sobra? y ¿qué tipo de maquillaje es el más indicado para cada una?

Antes de iniciar su labor se encarga de averiguar cuál de sus facciones quiere acentuar, "Hay personas que buscan resaltar solo sus ojos o boca, eso ya depende de cada una", afirma Adriana. Sin embargo, cuando le piden consejos de maquillaje apela a su primera y única ley: "Hay que estar seguro de uno mismo y saber qué cara quieres mostrar y cómo te gustas. Cada uno debe estar consciente de eso antes de maquillarse".

Su experiencia profesional en el medio cochabambino le permiten mantener la calma en los alborotados "backstages", (detrás del escenario), de los desfiles: donde las modelos deben vestirse a toda velocidad, las peinadoras deben retocar sus creaciones y por supuesto Adriana con sus brochas de maquillaje en un pequeño espacio, en el cual solo existen ella y sus modelos.

TÉCNICA NACIONAL

La maquilladora tiene un estilo diferente, donde la identidad de ser boliviana cobra vida, su mayor meta es que con el tiempo su técnica se expanda por el mundo, para que de esta forma conozcan la cultura de Bolivia.

En sus creaciones ella emplea los colores fuertes y chillones que son su pasión. Como artista pretende crear una imagen que identifique a su país a través del maquillaje, porque crea sombras muy particulares, en las que prácticamente está tejiendo un aguayo o un tejido andino.

Adriana considera que cada ocurrencia extravagante plasmada en el rostro de una modelo es fruto del aire folklórico, que súbitamente se le escapa.

Esta técnica también la emplea en algunos retoques de labios. Los colores de su preferencia son: el rojo el naranja, amarillo, blanco, verde, azul, que para ella y nuestra cultura andina representan bienestar, suerte, alegría y prosperidad.

De igual manera, Adriana cuenta con una gama de maquillajes con estilos internacionales que crean fantasías y esplendor para el día o la noche.

Así también está capacitada adecuada para ofrecer servicios especiales para novias y quinceañeras.

El maquillaje es un valor agregado a la belleza natural de las personas que se convierte en un arte digno de estudio y aplicación en los distintos rostros y personalidades que existen.

Un buen trabajo significa un motivo de satisfacción personal y de admiraciones de quienes te observan; el efecto contrario podría ser muy peligroso.

Los buenos centros de maquillaje trabajan con profesionales, porque en la habilidad de sus manos y el gusto que tienen, las personas depositan su confianza.

En Bolivia el campo del maquillaje creció a pasos gigantes, como consecuencia de ello la gran demanda que existe por especialistas del ramo, éste es el caso de Adriana Espiniza cuya habilidad por el maquillaje es casi innata, para combinar los colores y embellecer los rostros.




No hay comentarios:

Publicar un comentario