martes, 15 de mayo de 2012

Aburrirse es saludable y tiene sus virtudes

Apenas tenemos tiempo de aburrirnos. Los horarios sobrecargados de actividades parecen haber borrado "uno de los nuevos tabúes de nuestra sociedad", afirma Odile Chabrillac, autora de "C'est décidé, je pense à moi" (Decidido, pienso en mí) . A menudo incómodo, el aburrimiento apenas se busca, más bien se evita. Sin embargo, recobrarlos podría hacernos mucho bien.

El aburrimiento está dotado de muchas virtudes. "En primer lugar, aburrirse abre el camino hacia uno mismo, hacia los verdaderos deseos", afirma Chabrillac. Ocupados en realizar un sinfín de tareas, absorbidos por tantas demandas externas, hemos perdido ese vínculo preciado con nuestro interior. Este rato "fuera del tiempo" podría convertirse en una auténtica cita con nosotros mismos.

¿Beneficios inmediatos? El aburrimiento obliga a escapar, a poner coto a los mandatos que nos hemos impuesto y que nos agotan./

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