El canto ha demostrado su eficacia para aumentar la felicidad, la concentración, la memoria, la autoestima y hasta la oxigenación de las células.
Si alguna vez ha notado que cantar le alegra la vida, está en lo correcto. ¿Se canta porque se está feliz? o ¿se está feliz porque se canta? Los últimos estudios indican que se trata de lo segundo. Pero lejos de tratarse de una actividad únicamente buena para el estado de ánimo, cantar ayuda de muchas maneras distintas a la salud en general.
Al cantar, el organismo produce endorfinas, lo que produce una sensación, casi inmediata, de bienestar y alegría. Por este motivo, el canto empieza a utilizarse como una ayuda más en el tratamiento de la depresión y la ansiedad. Cantar en un coro, además, reporta beneficios complementarios: Estimula el sentido de pertenencia a un grupo, mejorando la autoestima.
Recientes estudios han demostrado que el canto disminuye el ritmo cardiaco y la presión sanguínea. Es una actividad aeróbica que mejora la eficiencia del sistema cardiovascular. Las actividades aeróbicas se relacionan con la reducción del estrés y con la longevidad.
Además el canto ejercita los músculos abdominales e intercostales, estimula la circulación y mejora la postura corporal. Es una actividad adecuada para cualquier edad. Si se realiza bajo la dirección de profesionales que enseñen la técnica, se aprende a respirar utilizando la totalidad de la capacidad.
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