“No se trata de reducir toda la grasa corporal, sino de tener niveles aceptables para el correcto funcionamiento del cuerpo”, señala la gastroenteróloga y nutricionista, Rita Sansusti Vega.
El organismo humano requiere cierta cantidad de grasa corporal para regular la temperatura corporal, aportar energía, proteger y aislar a los órganos (como si fuera un colchón) y para producir hormonas (principalmente en la mujer).
TIPOS DE GRASA La grasa esencial que se aloja en pequeñas cantidades en los músculos, sistema nervioso y órganos abarca hasta un 5 por ciento en el varón y alrededor de un 10 por ciento en la mujer porque se suma la grasa del tejido mamario, abdomen, caderas y pelvis, necesarias para el funcionamiento del sistema reproductivo.
También existe la grasa almacenada que es utilizada como reserva de energía. El porcentaje saludable en el varón es del 8 al 20 por ciento y en la mujer del 11 al 21 por ciento , a los que se suman la grasa esencial.
La grasa es considerada como la masa corporal (el total de grasa) que no debe pasar el 27 por ciento del peso ideal.
Esto quiere decir que una persona de 85 kilos de 1.70 de altura tendrá una masa corporal de un 29.4 por ciento (85/(7,70*1,70)); es decir, de los 85 kilos 25 son de grasa.
27 por ciento de masa corporal es lo ideal
Una persona que pesa 80 kilos, cuya estatura está relacionada con el peso ideal, debería tener 20 kilos de grasa en promedio. Debe tomarse en cuenta que hay ocasiones en que el peso y el índice de masa corporal puede parecer elevado, pero hay individuos con gran cantidad de músculo por el ejercicio.
Importancia del consumo de grasa
La cantidad de lípidos consumidos al día debe oscilar entre 30 por ciento y 35 por ciento del total de calorías ingeridas (aproximadamente una tercera parte). Para reducir las grasas, los expertos en salud recomiendan seguir una dieta balanceada.
Exceso de grasa en diferentes lugares
El exceso de grasa en diferentes zonas del cuerpo dan origen a diferentes enfermedades.
Colesterol: exceso de grasa pegada en las paredes de las venas y arterias, es el que hace difícil la circulación e incrementa la presión arterial, ocasionando riesgo de enfermedades coronarias. Corazón: la grasa acumulada en el corazón provoca mala circulación y obstruye las arterias.
Rodillas: el exceso de grasa produce desgaste en esta zona, ocasionando dolores y problemas en las articulaciones que impide el normal movimiento. El hígado graso, se tapa y se dificultan sus funciones. Grasa en el cerebro: no deja pensar y ocasiona problemas de circulación cerebral, con riesgo de un derrame.
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