El láser diodo es producido por un equipo de última tecnología que puede emplearse para varios fines estéticos. A una frecuencia de 980 nanómetros se utiliza para el rejuvenecimiento facial; a 808 nanómetros, en la depilación permanente del vello no deseado, y a los 120 se aplica para una lipoescultura láser, informa el dermatólogo Johnny de la Riva Salinas.
La luz que emite el láser penetra en los tejidos profundos de la piel y causa el calentamiento de la segunda capa de la piel, estimulando la producción de colágeno y restaurando la piel desde adentro hacia afuera.
En una frecuencia más baja actúa sobre el folículo piloso, produciendo un fenómeno llamado fototermólisis selectiva, que ataca la raíz del vello, haciéndolo caer.
“En una frecuencia más alta produce el calentamiento del tejido adiposo, calentando y derritiendo la grasa localizada, de manera de modelar el cuerpo”, comenta el especialista.
Pueden someterse a este tratamiento pacientes a partir de los 25 años, edad en que comienzan a aparecer los primeros signos de envejecimiento cutáneo. “Para este tipo de situaciones, el rejuvenecimiento facial se aplica en un promedio de una sesión por cada década de vida y cada 30 días. Por ejemplo, una persona de 40 años necesitará cuatro sesiones”, sostiene De la Riva.
Es importante tener mucho cuidado con el tipo de piel, debido a que puede causar quemaduras y cicatrices. “Por eso, este equipo es de manejo exclusivo de personal y médicos calificados y certificados para estos procedimientos”, enfatiza.
Posteriormente a que el paciente que se somete a tratamientos con estos equipos, deben tener mucho cuidado con exponerse al sol, ya que la piel se vuelve mucho más sensible. “Lo mejor es utilizar cremas hidratantes restauradoras de la barrera cutánea”, aconseja Rivas.
Colágeno
Es recomendable someterse a este procedimiento láser cada dos años con el fin de producir colágeno nuevo, debido a que el envejecimiento de la piel se acentúa desde los 25 años de edad.
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