Asesoren a la señorita

...tan bonitas las chicas que leen las noticias, tan alajitas se ven con una blusita, un saquito, un collarcito delicado… porqué ponerles atuendos ceremoniosos, trajes pomposos tipo reinas del corso. O acaso vemos a la Patricia Janiot, de CNN, apretada en lycras, emperifollada en tules, subida en tacazos dorados, no, no… la señora es de lo más sencilla y elegante al igual que muchas conductoras bolivianas que llevan el gusto y el decoro por delante. Algo pasa en algunos casos… porque no son todas, obvio, en general las presentadoras van bien “presentables”. Una que otrita nomás se manda unos trajes despampanantes poco apropiados para miércoles a las siete de la mañana. Y no es que yo me presente de puritana: a subirse las minis y abajarse los escotes, es mi filosofía. Solo que –estimo- debe haber una suerte de código que establece que las presentadoras de información deben verse recatadas, formales, sobrias. Han debido firmar en algún estatuto tácito: “procuraremos vernos serias a la hora de presentar las noticias”. Como televidente no es que me agreda, me arruine el día, ver que la señorita que me pone al tanto de los bloqueos y las marchas esté vestida de rojo diablo con un moño que le tapa su cara… sencillamente me desconcentra: quiero saber si al final la carretera pasa o no por el Tipnis y termino hablando de que la señorita más parece presentando los premios Oscar que leyendo el sencillo dato de si sigue o no la marcha, que si llueve o no en Oruro para saber si voy a poder ir a ver a mi tía Marta. He sondeado también con mis amigos del sexo opuesto, preguntándoles si para enterarse del acontecer nacional les es importante que la conductora luzca atuendo festivo. “Ni me he dado cuenta”, me respondieron los más “quedabienes”; los más picarones, “mucha ropa, queremos lencería para comprender el pronóstico del tiempo”… ah, no, como ya la charla pasó a otro rubro cesé mi encuesta. Pero no me quiero quedar a medias con estas profundas reflexiones que yo comparto con ustedes, realmente creo que la señorita que lee las noticias debe verse seria: sobria y sencilla en su vestir, sólida y sensata en su hablar. De verdad, no les hagan bailar wachiturros, vendernos batidoras, mostrarnos sus tacos… Ellas son profesionales y así las queremos ver.