lunes, 6 de febrero de 2012

Una buena figura depende de una buena postura

Adoptar una buena postura es clave para verte más atractiva, más esbelta y también, más joven, ya que mantener una postura correcta te proporcionará bienestar y a la vez soltura y elegancia, sin olvidar que podrás evitar y mejorar dolores de espalda o cervicales.

El espejo es tu aliado

Comienza con examinar tu postura delante de un espejo poniéndote de pie y adoptando la postura en la que te sientas más cómoda. Entonces deberás prestar atención a diversos puntos de tu cuerpo para corregir los posibles fallos, toma nota:

CABEZA Y CUELLO

Bien: Barbilla ligeramente elevada levantando la cabeza y manteniendo el cuello erguido. Se consigue estirar y relajar la espalda además de que mostrarás seguridad en ti misma.

Mal: Barbilla baja con la cabeza caída y cuello encorvado. Provocará tensión y dolor de cabeza y cuello.

HOMBROS Y ZONA SUPERIOR DE LA ESPALDA

Bien: Hombros ligeramente echados hacia atrás y no encogidos, sin rigidez. De esa forma se endereza la columna y tórax. Brazos relajados.

Mal: Hombros encogidos y echados hacia delante. Provoca que los músculos pectorales pierdan tonicidad y aumenten las molestias en los omóplatos.

ESPALDA Y VIENTRE

Bien: Pelvis algo adelantada tensando ligeramente los músculos abdominales. Conseguirás alargar y estrechar cintura evitando el encorvamiento de la espalda.

Mal: Sacar vientre y a consecuencia arqueo de la espalda.

NALGAS

Bien: Glúteos contraídos y peso trasladado hacia delante hasta sentir el centro de gravedad sobre el eje del cuerpo.

Mal: Sacar glúteos. Solo se consigue sobrecargar los lumbares y provocar molestias, dolores de espalda.

EXTREMIDADES INFERIORES

Bien: Rodillas relajadas y pies paralelos y separados un palmo. Se consigue estirar perfectamente la columna vertebral evitando tensión.

Mal: Rodillas tensas y pies muy juntos o descansando el peso del cuerpo sobre una pierna. Puntas de los pies giradas hacia fuera o hacia dentro, aseguras una sobrecarga en la parte inferior de la espalda.

Puesta en práctica

A fin de acostumbrarte y adoptar una postura correcta sin esfuerzo deberás contemplar tu figura frente al espejo y corregir los fallos teniendo en cuenta los puntos anteriores.

Localizados los fallos y remediados, permanece en esa postura correcta durante unos pocos segundos, después relaja para tensar de nuevo y mantenerte erguida y en la postura correcta nuevamente.

Repite la secuencia varias veces al día y paulatinamente sin darte cuenta acabarás adoptando una postura correcta de forma automática sin realizar esfuerzo alguno.


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