La intensidad solar es muy distinta dependiendo de la estación climática del año y también dependiendo de la situación geográfica. El resultado incide muy directamente en el impacto que las radiaciones solares tienen sobre la piel. La esteticista puede preparar la piel de sus clientes para someterse al sol de invierno en mejores condiciones con la protección adecuada y seguir unos tratamientos de mantenimiento que ayudarán a mantener el bronceado y evitar la deshidratación o formación prematura de arrugas.
¿Qué ocurre cuando hace frío?
En realidad desde el momento que el organismo percibe el frío, se ponen en acción una serie de mecanismos defensivos, orientados a proteger los centros vitales, tales como corazón, pulmones y cerebro, con el fin de mantenerlos a una temperatura suficientemente elevada. Todo ello en perjuicio de de los minúsculos vasos capilares: cuando el cuerpo ordena a la sangre pasar directamente de la sangre a las venas, los capilares situados en las extremidades y el rostro, quedan menos irrigados. La epidermis se ve condenada a recibir menos oxígeno y menos glucosa. Por este motivo se vuelve más frágil, ya que es precisamente en este momento cuando sufre todavía más los efectos de unas condiciones climáticas desfavorables. La piel pierde su película protectora, las secreciones sebáceas disminuyen el sebo de la piel. En La Paz, el clima es muy seco por lo que los procesos de deshidratación cutánea se acentúan. En este período es muy importante proteger nuestra piel, recurriendo a unos tratamientos especialmente adecuados con la ayuda de los ¨productos- barrera¨ en un gabinete especializado de cosmetología y/o estética profesional. Y si no se puede ir pueden recurrir a la cosmética natural y hacerse uno(a) mismo(a).
Hidratar a fondo
Independientemente que la piel sea seca, delicada o grasa, todas las pieles necesitan una profunda hidratación durante los meses de frío. Por este motivo, es fundamental que todos los tratamientos sean sumamente delicados y con los productos más adecuados para cada situación. Siempre es aconsejable someterse a tratamientos clásicos: masaje facial manual, con movimientos delicados para no romper los capilares sanguíneos, utilizando una crema nutritiva, un aceite natural emoliente o bien un aceite que contenga ácidos grasos esenciales.
La aplicación de una mascarilla cremosa super-hidratante, que aumentará su eficacia si le añadimos unas gotas de vitamina E provitamina A y luego exponemos el rostro a una máquina de ozono.
Finalmente la aplicación de una crema muy rica en lípidos que ejercerá una acción ¨aislante¨ reforzando la película cutánea y evitando que el agua presente en los tejidos se evapore. Preferiblemente oleosa pero no demasiado grasa o pegajosa en versión crema para pieles secas y en emulsión para pieles grasas.
Recetas caseras
Muchas veces resulta muy difícil acudir a un consultorio cosmetológico profesional, dónde recibirá un tratamiento adecuado; por tanto para no dejar nuestra piel sin nada de hidratación, una buena opción es la cosmética natural.
Mascarilla natural para cutis seco
1 yema de huevo
1 cucharilla de aceite de oliva
Mezcle estos dos ingredientes y coloque en su rostro por espacio de 30 minutos. Enjuague con abundante agua tibia y luego para finalizar con agua bien fría para cerrar los poros.
Mascarilla para cutis graso
1 Clara de huevo
Jugo de un limón y avena
Mezcle bien los ingredientes hasta formar una pasta cremosa. Colóquela en su rostro evitando el contacto con los ojos, por espacio de 20 minutos. Lave con abundante agua tibia y cierre los poros con agua fría.
Mascarilla para todo tipo de piel
1 cuchara de yogurt
1 cuchara de miel
Gotitas de limón
Mezcle bien estos ingredientes y colóquesela con ayuda de una brocha para que esté bien distribuida. Si repite está receta durante tres días seguidos verá que tersa se ve su piel.
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