Está más claro que el agua!” suele afirmarse para dar a entender que un determinado asunto resulta evidente y no admite ninguna duda o interpretación diferente. Lo cierto es que para quien no consume suficiente agua o bien no repone adecuadamente la que ha perdido su cuerpo, las cosas pueden no estar demasiado claras, porque la deshidratación afecta en diversos grados el rendimiento intelectual, de acuerdo a un estudio del Observatorio de Hidratación y Salud (OHS).
adecuado. Para evitar que las neuronas sufran por falta de agua, los expertos del OHS recomiendan, especialmente, en épocas en que se realice un esfuerzo mental más intenso como los exámenes, la preparación de proyectos o las entrevistas laborales, mantener una buena hidratación, bebiendo de dos a tres litros de agua al día, a través de agua, infusiones, refrescos, zumos y lácteos, entre otros.
El rendimiento mental puede disminuir con la deshidratación, sobre todo cuando el cuerpo pierde más del 2 por ciento de líquidos. La ingesta frecuente y en pequeñas cantidades de líquidos, ayuda a mantener este óptimo equilibrio hídrico.
POCA AGUA, MáS DAñO. Las investigaciones recopiladas muestran que una leve pérdida del equilibrio hídrico puede afectar, de manera más o menos intensa, a la capacidad de atención, a la memoria a corto plazo y puede influir en la actividad mental rutinaria o en la concentración.
Conforme avanza el tiempo y el nivel de deshidratación, se detecta un mayor descenso de las habilidades psicomotoras. La pérdida del equilibrio hídrico también guarda relación con un incremento de la fatiga, cansancio, dificultad visual, pérdida de memoria, disminución de la atención, pérdida de habilidad aritmética e incremento del tiempo de respuesta ante estímulos visuales, según la revisión del OHS. La deshidratación también afecta a la función cerebral de los ancianos.
TAMPOCO EN EXCESO. Beber agua más allá de lo necesario no siempre puede resultar dañino si se realiza de vez en cuando, lo que si afecta es el exceso, ya que este es conocido como la potomanía, un trastorno que recién en los últimos años ha comenzado a ser estudiado, explica el doctor Bernado Melgar.
Entre los daños más perjudiciales para la salud, se encuentra la alteración en el funcionamiento de los riñones (encargados de regular los excesos de líquido a través de la orina), de la sangre y el equilibrio de los fluidos internos. Una de las situaciones más difíciles de revertir es cuando la sangre presenta niveles muy bajos de sodio en la sangre.
2-3 LITROS de agua al día es recomendable beber, para la salud
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