Dicen que los ojos reflejan nuestro interior, nuestra alma. Es por ello que debemos estar preparadas para lucirlos siempre espectaculares, luminosos y radiantes. Las pestañas juegan un papel imprescindible, ya que le dan "alas" a tu mirada, otorgándole un acento profundo y brillante, y siendo el guiño fundamental de la seducción.
Eso sí, para dar el toque de belleza a tus ojos es indiscutible la máscara de pestañas o el rímel, que es un cosmético usado para oscurecer, espesar y definir las pestañas, éstas darán vida a la mirada, que son el complemento del rostro.
El rímel y el agua. El rímel no resistente al agua está basado en agua, surfactantes suaves, ceras animales, vegetales y minerales, además de pigmentos, polímeros espesores y conservantes. Estas máscaras son capaces de soportar las lágrimas, pero pueden ser removidas fácilmente con un poco de agua y jabón.
Sus efectos. Al aplicar el rímel sólo en la punta de las pestañas se logra el efecto de ojos más grandes, si se usa sólo en las pestañas de abajo, el ojo suele verse más ancho. Otro de los propósitos de la máscara de pestañas es la de rizarlas.
La historia del rímel de ojos
Pa La primera máscara de pestañas fue inventada por el empresario francés Eugène Rimmel en el siglo XIX.
1 Mayor volumen. Si quieres mayor grosor, sobre todo para salir en las noches, aplica una segunda capa de máscara, dará mayor efecto.
2 No exageres. Nunca metas y saques repetidas veces el cepillo, ya que con eso sólo conseguirás que le entre aire y se seque.
3 Tiene vencimiento. Si tu máscara huele extraño o tiene más de 6 meses de uso, lo mejor es desecharla, porque puede dañar tus ojos.
4 Siempre limpia. Debes sacarte todo el maquillaje, especialmente el de las pestañas para así no provocar el quiebre de éstas y el cuidado del ojo.
5 Cambia tu rímel. Por seguridad y cuestiones de salud, el rímel debiera ser desechado luego tres meses de abierto el envase.
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