jueves, 19 de diciembre de 2013

EL “POLE DANCE” SE HA CONVERTIDO EN UN TIPO DE FITNESS,

Debemos ser francos, cuando se habla de “Pole dance” o baile en el tubo, nos imaginamos estripers, gliter y música sensual, es que nos han mal acostumbrado. Pero desde hace ya varios años que el baile en el tubo se ha convertido en un tipo de “fitness” y debo decir, que las señoritas que lo practican como tal, han hecho una buena elección.

Ahora bien, este tipo de entrenamiento no es exclusivo para mujeres, hay hombres musculosos que lo han adoptado como rutina de ejercicios y les ha sentado muy bien. Más allá de las cabezas cuadradas y prejuicios sobre ese maravilloso tubo metálico, ahondemos sobre las posibilidades que dicho entrenamiento le da al cuerpo masculino.

“A nivel muscular, se trabaja básicamente todo el cuerpo y de manera particular los brazos, espalda y abdominales. Además, se ejercita muchísimo y de manera combinada elasticidad, equilibrio, resistencia y coordinación. Es una disciplina muy completa.”, comenta el instructor de Pole Dance del Estudio “Espacio G”, Ricardo Camargo.

TONO MUSCULAR. Camargo, quien comenzó hace dos años con este deporte, comenta que el entrenamiento para practicar Pole Dance implica muchos ejercicios que permiten ganar tono muscular, a partir del trabajo con el propio peso.

“Al mismo tiempo que se trabaja la elongación y flexibilidad; necesariamente se debe trabajar la resistencia, aspecto que se logra en el mismo pole con las secuencias, repetición de subidas, etc”, dice el instructor del Espacio G.

Por otro lado, se trabaja el equilibrio tanto corporal como mental. Para lograr las acrobacias se debe estar todo el tiempo lidiando con la gravedad compensando el peso; y se debe tolerar algo de dolor, es decir, es un trabajo ¡para hombres!.

“Estar de cabeza o muy alto en tubo a veces provoca cierto temor y tenemos que aprender a calmarnos y tomar conciencia de todo el cuerpo”, explica.

ACROBACIAS. Lo que se hace con el “Pole” son acrobacias. A partir de eso se pueden elegir muchos caminos. Por ejemplo, hay quienes ejecutan las acrobacias de una manera muy fitness, lo que resulta en un ejercicio sumamente exigente y aeróbico.

Por otra parte se puede seguir un camino más artístico. “Esto implica que además de control, fortaleza, potencia, etc., se busca expresar emociones y contar una historia. Personalmente, este es el camino que me gusta más”, dice Camargo.

En esta última perspectiva, existen muchos acróbatas/artistas muy talentosos a nivel mundial como Jenyne Butterfly, Anastasia Skukhtorova, Evgeny Greshilov, Carlos França entre otros, que han ayudado a darle un enfoque muy interesante al Pole Dance.

“Yo recomendaría el pole a cualquier persona (hombre o mujer da lo mismo, mayor de 14 años); porque es una manera diferente y divertida de hacer ejercicio”, comenta el instructor.

Bajar de peso

Ayuda a quemar de 300 a 500 calorías por clase. Su práctica mejora tu sistema cardiovascular. Aumenta tu flexibilidad y coordinación. Mejora tu resistencia y tonicidad muscular. Ayuda a corregir la postura, ya que brazos, glúteos y abdominales deben mantenerse contraídos para tener el cuerpo alineado al realizar los giros.



Combinaciones

Según el instructor, el Pole Dance se puede combinar con disciplinas como natación, Pilates, Yoga, danza, gimnasia, pesas (siempre y cuando se haga un buen trabajo complementario de elongación).



Vertical

Una de las características distintas que tiene esta disciplina, es el movimiento vertical; casi siempre se hace ejercicios de manera horizontal; y ahora se tiene a la gravedad como un elemento más con el que tenemos que entendernos; esto involucra aprender a levantarse y trabajar con tu propio peso, explica Ricardo Camargo del Espacio G.



Origen

Se dice que el baile con tubo tiene su origen en un juego tradicional de la India, también se asegura que viene de los tubos o barras gimnásticos que se utilizan desde hace aproximadamente 250 años para practicar yoga, y que junto con una cuerda o un palo de madera ayudaban a aumentar la fuerza y el volumen muscular.



Resultados

Los efectos de este tipo de entrenamiento comienzan a notarse a partir de los cinco o seis meses, entrenando tres veces por semana, explica Camargo, quien afirma que sigue notando mejorías, siguiendo un entrenamiento constante.

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