jueves, 15 de agosto de 2013

El poder de la medicina musical



No es un secreto que la música influye en los estados de ánimo. Basta una canción que nos gusta para alegrarnos o algo romántico para recordar al ser amado. Por eso el sonido, el ritmo, la melodía y la armonía se usan de forma profesional y con objetivos terapéuticos para mantener, mejorar y restaurar las funciones físicas, cognitivas, emocionales y sociales de las personas.

Las docentes universitarias argentinas Alina Gullco y Ximena Perea llegaron a Bolivia para brindar talleres sobre la musicoterapia. “Se trata de un abordaje terapéutico que se integra al cuidado de la salud. A través del juego y la improvisación con la música, el cuerpo, el sonido, la voz, el gesto, el ruido y los instrumentos musicales se habilitan espacios en los que las personas expresan aspectos singulares, culturales y sociales”, explica Gullco.

La musicoterapia propone una escucha sensible y crea vínculos entre el sujeto y su contexto, reconociendo que un hecho musical colectivo es un aporte hacia un proceso saludable. “Es una práctica de libertad. Posibilita construir desde sus propias reglas de configuración, movimiento y ritmo”, dice Perea.

Por eso la musicoterapia se usa para calmar los malestares físicos y los problemas de salud, así como también para aliviar otro tipo de perturbaciones, por ejemplo la ansiedad crónica y la depresión, afirma la musicoterapeuta.

La tendencia de la medicina hoy es combinar los tratamientos convencionales con otros alternativos y/o complementarios. El uso adecuado de la música y de sus propiedades posibilita que el paciente sienta cambios fisiológicos como el aumento o reducción de la energía muscular, regulación del ritmo cardiaco y de la presión sanguínea, optimización de la capacidad respiratoria y control de la temperatura de la piel. En lo anímico, disminución de ansiedad y estrés debido a un aumento de la producción de neurotransmisores como la endorfina y la serotonina, según www.medicinamusical.com.

Campo de trabajo

Se puede aplicar en personas enfermas, en los colegios, en educación especial y en ámbitos comunitarios. Es para toda edad, desde la primera infancia, niños, jóvenes, adultos hasta adultos mayores. La terapia puede durar hasta hora y media, según los resultados que se consigan.

Sensaciones distintas

Existen algunos sonidos que originan emociones placenteras y otros desatan sensaciones de sufrimiento, pena o angustia. La música clásica y la melódica por ejemplo, calman el ánimo y la ansiedad. En cambio, la rítmica proporciona energía y ayuda a eliminar la depresión.

Fuente: Alina Gullco y Ximena Perea, musicoterapeutas y docentes universitarias de Argentina. Con datos de:www.medicinamusical.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario