Un económico paraíso estético llamado Bolivia

El culto a la belleza se propaga en el país. Cada vez son más las bolivianas y los bolivianos que se someten a una cirugía plástica para mejorar su aspecto físico. Para ello recurren a especialistas de La Paz y, sobre todo, de Cochabamba y Santa Cruz, que no sólo han extendido su fama a nivel interno, sino al extranjero. La calidad del servicio y los bajos costos son el anzuelo perfecto para que mujeres de países cercanos y de otros continentes arriben a Bolivia para acceder a una rinoplastia, una liposucción o un aumento de sus senos y sus glúteos.

Informe La Razón se sumergió en las aguas de esta actividad médica que florece en suelo boliviano, hasta el punto de que se ha convertido en un paraíso de estas operaciones. No obstante, ello también ha derivado en la proliferación de una serie de riesgos para los pacientes, como el acecho de los “intrusos” o “pseudocirujanos” que aplican estos tratamientos sin ninguna experiencia, la presencia de centros sin aval para realizar estas intervenciones o los tours, safaris y combos promocionados por páginas electrónicas internacionales, que ofertan a Santa Cruz como “destino estético”, sin las debidas garantías de por medio.

Bolivia todavía tiene el reto de acomodar su normativa para un mejor control del rubro, algo en lo que trabaja el Ministerio de Salud, ya que también hay spas o establecimientos que ofrecen terapias y labores estéticas en la informalidad y cometiendo irregularidades que ponen en riesgo la salud y la vida de los clientes. Otro punto es la mala praxis médica, con casos que, generalmente, terminan en conciliaciones para que cirujanos subsanen las deformaciones físicas ocasionadas. Éstos son sólo algunos temas sobre los cuales los lectores podrán enterarse en este reportaje.