Imagínese que, de repente en el trabajo, en la calle, en su casa, o donde esté, le viene unas ganas grandes de dormir que no puede controlar. Pues esto que parece mentira existe, y es un síndrome que se conoce como narcolepsia, un trastorno del sueño que puede afectar su calidad de vida.
Según explica el médico neurólogo del centro Cenedi y Neurocenter, Alejandro Peralta Landívar, la narcolepsia es la segunda causa de somnolencia diurna después de la apnea obstructiva del sueño. Su incidencia oscila entre el 0,2 al 1,6 por mil personas, semejante a la Esclerosis múltiple. La edad en que aparece este trastorno es desde los 15 a los 30 años.
Más de una causa. "Se han postulados muchas causas como etiología, desde la reducción de la secreción de hipocretina hipotalámica, hasta un trastorno autoinmune, pasando por causas genéticas, hereditarias, hasta ser secundaria a encefalitis u otras enfermedades del cerebro", señala Peralta.
Cabe resaltar que su impacto económico es muy alto, pues el paciente con Narcolepsia ve afectada su vida social y laboral, con horas-trabajo perdidas, deterioro en sus relaciones interpersonales y tendencia a sufrir accidentes. Estudios recientes se la comparado a las pérdidas causadas por pacientes epilépticos.
Síntomas de leves a graves. Los síntomas son evidentes pero confusos en su inicio, dice el especialista, "va desde la somnolencia excesiva diurna, no pudiendo el paciente evitar dormirse durante el día, con caída brusca de los párpados, atonia de los músculos de las piernas y del cuello, caída de la mandíbula".
En los casos bien estudiados se ha comprobado un gran trastorno de la fase REM del sueño profundo, cataplejia y trastornos alucinatorios al empezar a dormir como al despertarse.
"Lo que asusta y alarma al paciente es la parálisis del sueño, se encuentra de repente con que no puede moverse, con las alucinaciones visuales o auditivas al inicio o al final del sueño, contendencia a la caída por atonía de la musculatura en general, con abolición de los reflejos en los casos severos", agrega Peralta. Como suelen presentarse en la adolescencia, cobran importancia las alucinaciones en la edad adulta, con quejas de pesadillas y parálisis que aterrorizan al paciente.
El diagnóstico en la mayoría de los casos es tardía. "Se requiere un examen físico neurológico muy detallado, y hay que diferenciarlos de las crisis epilépticas, insomnio, síndrome de las piernas inquietas, apnea del sueño y otras enfermedades psiquiátricas", enfatiza el neurólogo.
Se deben realizar estudios de encefalogramas convencionales, polisomnografía, estudios de química sanguínea, pruebas genéticas y pruebas de latencia múltiple del sueño.
Las recomendaciones. Ante la narcolepsia, Alejandro Peralta recomienda a los pacientes una higiene dietética, planificar siestas cortas para evitar la somnolencia, y en la gran mayoría de los casos bien diagnosticados el uso de ciertos fármacos. "Se prohibe que conduzcan vehículos o manejen artefactos potencialmente peligrosos para el paciente y otros", concluye.
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