La selección del color se hace de acuerdo con el sentimiento que se desee transmitir. Por ejemplo, el rojo es el símbolo de la pasión e influye en el humor y los impulsos de las personas. El amarillo es luminoso y cálido, produce buen humor, alegría y estimula la vista.
Al azul se le atribuyen efectos relajantes, invita al reposo, transmite serenidad, confianza y tranquilidad. El anaranjado representa la juventud, el calor, aumenta el optimismo y la seguridad.
El verde simboliza la esperanza, la fecundidad, el deseo y resulta eficaz para tratar el insomnio y la fatiga. El púrpura encierra el misterio, el romance y la sofisticación. Se asocia con la intuición y la espiritualidad.
Otra alternativa es crear ambientes al usar un color diferente para cada uno de ellos. Por ejemplo, pintar de blanco las paredes de la sala y el dormitorio, de azul.
Otra opción es variar los colores, Pintar de blanco la sala y azul el dormitorio.
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