Propiedades terapéuticas de las Plantas Medicinales

Las plantas medicinales se encuentran en la naturaleza con una función muy importante como es la de curar enfermos, evitar enfermedades y/o aliviarlas.

Los métodos de la medicina natural, activan las funciones de asimilación de la digestión, sistemas de excreción, funcionamiento de los riñones, intestinos, fortaleciendo de esta manera al organismo y sus defensas.

Médicos académicos, naturistas, médicos tradicionales y todos nosotros, debiéramos conocer los agentes que nos ofrece la naturaleza, conocer sus propiedades y saber aplicarlos.

El empleo de los remedios naturales requiere de cuidados, esfuerzos y sobre todo paciencia, porque para llegar a contraer las enfermedades se ha tardado mucho tiempo y debemos aprender a tener paciencia para que la curación y tratamiento sea gradual.

Conocer, por ejemplo, qué partes de la planta vamos a utilizar, si las hojas, flores, frutos, raíces, tallos, etc.

También es importante mencionar la complementariedad entre la medicina natural y los avances científicos de la ciencia médica, dándonos como resultado una opción más efectiva para el tratamiento y curación de las enfermedades.

Toda planta es una complejidad de reacciones químicas. Por tanto sus principios activos tendrán ciertos efectos terapéuticos en el organismo, he aquí sus propiedades:

• Adelgazantes: Son los que favorecen la eliminación de grasa del organismo, tal como ocurre con la cáscara de manzana, estigmas de choclo (barba de choclo), ajo, etc.

• Afrodisiacos: Tal como el ginseng, menta, alfalfa, berro.

• Amargos: Son tónicos digestivos y febrífugos. Su exceso es perjudicial para la salud. Ejemplos: Canchalagua, retama macho.

• Analépticos: Actúan como reconstituyentes, reparando las fuerzas del organismo en periodos de convalecencia. Tenemos dentro de estos a los siguientes alimentos: Trigo, avena, arroz, papa, maicena, harina de plátano, almendras, nueces, dátiles e higos.

• Antiafrodisiacos: Son aquellas plantas que deprimen el instinto sexual, como el sauce.

• Antibióticos: Son aquellas que destruyen y no permiten la multiplicación de los microorganismos. Como ejemplos tenemos a la naranja, el limón y el ajo.

• Antidiabéticos: Son las que estimulan la secreción de la insulina por el páncreas, disminuyendo el exceso de azúcar o glucosa en la sangre, Ej. Nogal, salvia, cebolla, judías verdes.

• Antidiarreicos: Son los que impiden e inhiben el proceso diarreico Ej. Malvavisco, rosal silvestre, salvia, agua de arroz hervido, pepa de palta, café de cereales y membrillo.

• Antiespasmódicos: Inhiben o atenúan el dolor abdominal tipo cólico y otros transtornos nerviosos. Ej. Albahaca, hierba buena, menta, naranjo, ruda, valeriana, salvia, tilo cedrón, ajo, orégano, etc.

• Antihalitósicos: Evitan el mal olor y sabor de la boca, tal como el hinojo, menta, perejil, tomillo, salvia.

• Antiinflamatorios: Reducen y curan los procesos inflamatorios. Ej. Higuera, violeta, ciprés, llantén mayor, malva, manzanilla, olivo, romero, salvia, papas, lino, salvado, sábila.

• Antisépticos: Aplicados a tejidos vivos, destruyen las infecciones microbianas o impiden su desarrollo. Ej. Ajo, eucalipto, salvia, manzanilla, cebolla, maíz, limón, azucena, matico, miel de abeja, poleo.

• Aperitivos: Los principios activos de estos vegetales, estimulan el apetito. Ej. Apio, comino, grama, perejil, trébol acuático, ajenjo, ajo, artemisa, salvia, diente de león.

• Astringentes: Retraen los tejidos, moderan las secreciones y facilitan las cicatrizaciones. Ej. Grama, ciprés, cola de caballo, limón, llantén mayor, nogal, romero, rosal silvestre.

• Balsámicos: Estimulan las funciones digestivas y pectorales. Ej. Abeto, eucalipto.

• Béquicos: Combaten la tos. Ej.: Consuelda, abeto, orégano.

• Cardiotónicos: Fortalecen, estimulan, tonifican y regulan las funciones del corazón. Ej. Alhelí amarillo, lechuga, lirio de los valles.

• Carminativos: Estimulan la acción de los gases intestinales y aumentan la cantidad del jugo gástrico. Ej.: Comino, laurel, ajenjo, anís, hinojo, manzanilla, naranja, poleo.

• Cefálicos: Alivian y curan el dolor de cabeza. Ej. Melisa, toronjil.

• Colagogos: Favorecen la eliminación de la bilis. Ej. Trébol de agua, ajenjo, alcachofa, boldo, diente de león, manzanilla, menta, ruibarbo.

• Depurativos: Eliminan las impurezas de la sangre y las sustancias tóxicas de nuestro organismo. Se emplean todas las plantas diuréticas y sudoríficas. Ej. Helecho, lechuga, abeto, agracejo, ajenjo, diente de león, manzanilla, ortiga blanca, sauco, pino.

• Digestivos: Facilitan y estimulan la digestión. Ej. Romero, anís, hierba luisa, menta, manzanilla, orégano, cebolla, zarzaparrilla, sábila.

• Diluyentes: Para evitar la formación de coágulos causantes de embolias en la sangre. Ej. La cebolla.

• Diuréticos: Favorecen la secreción urinaria. Ej. Apio, cerezo, grama, habas, judías, perejil, abeto agracejo, boldo, hinojo, lino, maíz, ortiga blanca, cebolla, pino, romero silvestre.

• Drásticos (Purgantes): Provocan las evacuaciones drásticas de los excrementos intestinales. Ej. Retama macho, sauco, hojas de sen.

• Emenagogos: Provocan y regulan las menstruaciones en caso de que se interrumpan o sean muy escasas. Ej. Apio, laurel, bolsa de pastor, ciprés, manzanilla, ortiga blanca, ruda, salvia.

• Eméticos: Incitan el vómito en casos necesarios como ser la indigestión o envenenamiento. Ej. Retama macho, cardo santo, mostaza negra.

• Emolientes: Relajan, ablandan los tejidos, previenen las inflamaciones. E·j. Consuelda, hiedra terrestre, papas, lino, malvavisco.

• Expectorantes: Facilitan la expulsión de las mucosidades formadas en los bronquios y las vías respiratorias. Ej. Anís, eucalipto, hinojo, malva, orégano, pino, abeto.

• Febrífugos: Combaten y calman la fiebre. Ej. Verbena, eucalipto, limón, romero, sauce blanco y con gran eficacia tenemos al tamarindo.

• Galactógenos: Favorecen y estimulan la secreción láctea. Ej. Anís, hinojo.

• Hemostáticos: Detienen las hemorragias. Ej. Bolsa de pastor, cola de caballo, limón, perejil.

• Hipertensores: Aumentan la presión excesivamente baja de la sangre en el aparato circulatorio. Ej. Ginseng, levadura de cerveza, vino dulce.

• Hipotensores: Disminuyen la presión en la sangre. Ej. Ajo, olivo, cebolla.

• Laxantes: Actúan en el aparato digestivo, regulando suavemente las funciones intestinales. Ej. Achicoria, lino, olivo, tamarindo.

• Litotrícicos: Favorecen la resolución de cálculos urinarios y hepáticos. Ej. Agracejo, maíz.

• Odontálgicos: Alivian el dolor de muelas y dientes. Ej. Clavo de olor, orégano.

• Pectorales: Combaten las enfermedades e inflamaciones de las vías respiratorias como la bronquitis, asma, bronconeumonía, laringitis. Ej. Higuera, lechuga, violeta, ciprés, romero, sauco, tilo, pino, abeto.

• Refrescantes: Disminuyen el calor del cuerpo y calman la sed. Ej. Limón, naranja, tamarindo, piña.

• Sedantes: Reducen la acción de un órgano o de un sistema excesivamente excitado. Ej. Anís, boldo, eucalipto, hierba luisa, limón, malva, manzanilla, naranjo, sauce blanco, tilo y valeriana.

• Supurativos: Favorecen la supuración de humores, materias purulentas y demás líquidos de los flemones, abscesos, y llagas. Ej. Flores de sauce, cebolla.

• Sudoríficos: Excitan y estimulan la acción de las glándulas sudoríficas y favorecen el sudor. Ej. Borraja, eucalipto, malva, sauco, zarzaparrilla.

• Tenífugos: Provocan la expulsión de la tenia “solitaria”. Ej. Corteza de la raíz de granada, semillas de calabaza.

• Tópicos: Reciben este nombre los vegetales que se usan en forma de cataplasmas ungüentos. Ej. Cola de caballo, sábila.

• Vermífugos: Favorecen la expulsión de gusanos intestinales, sobre todo en los niños. Ej. Achicoria, ajo, limón, nogal, ruda. Para casos de adultos mayores se utiliza el piñón.

• Vitamínicos: Los que contienen los principios activos llamados vitaminas, mayormente los encontramos en las frutas y verduras.

• Vulnerarias: Favorecen la cicatrización de las heridas y llagas. Ej. Salvia, tilo, manzanilla, malva, sábila y k`ara llantén.