sábado, 12 de agosto de 2017

Cuidar la piel en invierno


El frío, el viento y la calefacción resecan y dañan la epidermis. De hecho es un círculo vicioso: la calefacción elimina la poca humedad que hay en esta época del año y nos seca la piel. Y esta, con el contacto con el frío exterior puede quedarse escamada y quebradiza. Afortunadamente existen soluciones naturales para mantener la piel hidratada y sana durante todo el invierno y más.

Humedecer el ambiente de casa: no hace falte recurrir a humidificadores. Podemos colocar un cuenco (resistente al calor) lleno de agua debajo del radiador. El calor hace que el agua se evapore y eleve el grado de humedad.

Duchas tibias y no calientes: el agua demasiado caliente daña las capas protectoras de la piel. Aunque a muchos les guste convertir la ducha en una sauna, es más saludable para la piel el agua tibia.

Exfoliación: Basta con frotarse con un guante de crin húmedo (sin brusquedad) por todo el cuerpo excepto cara y pecho femenino, de esta forma ayudamos a eliminar las células muertas. También existen cremas exfoliantes o remedios caseros como un puñado de sal gorda con aceite de oliva.

Secado delicado: hay que frotarse sin excesiva fuerza para estimular el riego sanguíneo, mejor con pequeñas palmaditas.

Hidratación: es mejor darse la crema hidratante con la piel aún húmeda porque se mantendrá hidratada más tiempo.

Dieta equilibrada: beber suficiente agua, comer sano incluyendo grandes cantidades de fruta y verdura fresca, eliminar bollería industrial, reducir el azúcar blanco o sustituirlo por azúcar de caña integral/melazas u otros endulzantes naturales, y reemplazar los productos refinados por integrales son algunos de los consejos importantes para la salud en general y la piel.

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