sábado, 25 de marzo de 2017

Pies perfectos


Alguna vez te pusiste a pensar que les damos mucha importancia y cuidado a nuestra manos y a las uñas de las manos, pero no les damos los mismos cuidados a nuestros piececitos que son igual de importantes. Una de las partes de nuestro cuerpo que más sufre y menos cuidamos son los pies. Para lucirlos perfectos, libres de callosidades y de durezas es necesario que sigamos una serie de rutinas y de cuidados que aparte de no llevar mucho tiempo no son nada costosos.

Baño caliente de pies: Al menos una vez por semana realiza un baño de pies. Sumérgelos en agua caliente con sal durante al menos media hora.

Baño de pies con agua caliente y agua fría: Para complementar el baño anterior es bueno que cada semana o cada 15 días realicemos el baño caliente durante unos minutos y seguidamente alternarlo con un baño de agua fría, esta operación se realizará durante tres o cuatro veces. ¿Para qué sirve hacer esto? El alternar un baño de agua caliente con agua fría mejora la circulación de los pies. Además si al agua le añadimos unas gotas de limón evitaremos su mal olor posterior.

Piedra pómez: Es un elemento indispensable para el cuidado de los pies. Esta roca volcánica de baja densidad y elevada porosidad es fundamental para conseguir unos pies perfectos. Una vez por semana, después de la ducha o el baño caliente de pies, debemos raspar, con esta piedra, aquellos puntos de los pies donde se suelen formar durezas o callos (talones, zonas de fricción, etc.).

Masajes: Masajear los pies todas las noches ayudándonos de una crema hidratante o de aceites aromáticos evita las durezas y aporta relajación. El masaje se ha de realizar con las dos manos y en movimientos circulares aportando un poco de presión sobre los pies.

Pies limpios y secos: Después de la ducha o el baño nos secamos bien todo el cuerpo. Para que no se produzcan hongos es muy importante que los pies se encuentren siempre bien secos. ¡No lo olvides!

Exfoliar los pies: Este truquito vale tanto para los pies como para el resto del cuerpo. En un vasito ponemos aceite corporal y añadimos unas cuantas cucharadas de azúcar en él. Este es un exfoliante ideal para aplicarnos en forma de masaje. No solamente nos hidrata los talones sino que además nos ayuda a eliminar las células muertas debido a la fricción que realiza el azúcar en la piel.

Con todas estas pequeñas cosas que no suponen mucho tiempo ni dinero podemos lucir unos pies perfectos y bien cuidaditos.

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