jueves, 26 de marzo de 2015

Presume un ‘Pelazo’


Conseguir una melena sedosa, brillante y digna de alfombra roja es uno de los objetivos más perseguidos por las mujeres de medio mundo (en lo que a belleza se refiere). Como no siempre se cuenta con una genética privilegiada, hay que recurrir a tratamientos y productos para conseguir los resultados deseados.

Algo tan sencillo como aprender a cepillarte correctamente o incluir en tu dieta ciertos alimentos serán suficientes para acabar con el cabello débil y quebradizo, y cambiarlo por un pelo brillante, sano y con mucho volumen. ¿Preparada para despedirte del cabello débil? ¡Sigue estos consejos!

Somos lo que comemos

Es importante seguir una dieta equilibrada, que incluya todos los aminoácidos esenciales, vitaminas y minerales necesarios para que nuestro pelo luzca fuerte, denso y brillante.

Nueces. Uno de los alimentos más eficaces en la lucha contra la caída del cabello. Su ingesta favorece la circulación sanguínea, por lo que el oxígeno, las vitaminas y los minerales llegarán con más facilidad a los folículos pilosos, mejorando la resistencia del cabello.

Verduras de hoja verde. Son muy ricas en hierro y vitaminas del grupo B, lo que las hace perfectas para frenar la caída del cabello y fortalecerlo desde el interior.

Zanahorias. Son ricas en betacaroteno y vitamina A, dos nutrientes esenciales en la regeneración y fortalecimiento de los tejidos, incluido el del cuero cabelludo.

Pescado azul. Gracias a su alto contenido en omega-3 le aportará a tu cabello el brillo y la suavidad que necesitas.
Huevos. Su alto contenido en proteínas y aminoácidos esenciales fortalecen los folículos pilosos, mejorando la textura y añadiendo brillo y volumen al cabello.

Una ayuda extra. Los suplementos nutricionales son un complemento idóneo para aquellas temporadas en las que se cae más el pelo, como el inicio del otoño. Se recomienda un aporte extra de micro-nutrientes para mejorar la calidad del cabello, darle cuerpo, fuerza y estimular su crecimiento. Las vitaminas que deben contener son: A, B, C, E; minerales como el calcio, el fósforo, hierro, magnesio y zinc; y oligoelementos y aminoácidos.

Cortar por lo sano

Aunque parezca una ironía, para que el pelo crezca hay que cortar las puntas al menos una vez cada dos meses. El motivo es tan sencillo como que, si saneamos las fibras capilares eliminando las partes dañadas, éstas pueden regenerarse con más facilidad y oxigenarse al máximo. Además evitaremos que el cabello se parta al estar débil, motivo por el que llegados a un punto, parece que la melena no crece.

Ni muy caliente ni muy frío

La temperatura del agua con el que nos lavamos el pelo es muy importante. Si elegimos una temperatura muy alta, dañaremos nuestras fibras capilares. Lo ideal, es optar por agua tibia, de una temperatura similar a la del cuerpo humano.

Se aconseja realizar el ultimo enjuague con agua fría, para que tu pelo gane en salud, brillo y vitalidad. ¿Por qué? El calor abre la cutícula, y permite que todos los productos que aplicamos en nuestro cabello durante la ducha penetren mejor. Al enjuagar el pelo con agua fría, el cambio de temperatura servirá para sellar la cutícula, evitando así que se pierda la hidratación conseguida con nuestro champú, acondicionador y mascarilla.

Malos humos

Que el tabaco afecta de manera muy negativa a nuestra salud no es nada nuevo pero, ¿sabías que también influye directamente en la caída y falta de densidad de nuestro cabello?

Pérdida de vitalidad, mayor sequedad de la cutícula y fragilidad de la fibra capilar son solo algunas de las consecuencias negativas que produce el tabaco en nuestro pelo, por lo que para lucir una melena más bonita y espesa (y para mejorar tu vida en muchos otros aspectos) dejar de fumar es lo mejor que puedes hacer. La nicotina, el alquitrán, y las demás sustancias procedentes del humo que se inhala, impiden el correcto funcionamiento del folículo piloso y, en consecuencia, la formación de nuevo cabello. Además, estas sustancias producen atrofia cutánea y sequedad, lo que favorece la pérdida de cabello.

Botox capilar

una de las premisas fundamentales a tener en cuenta a la hora de presumir de melena es mantenerla joven. Para ello, el Botox Capilar o taninoplastia, (basado en el tanino, de origen vegetal) sella, cauteriza y regenera la cutícula, hidrata en profundidad el cabello, suaviza y quita el encrespado. El cabello adquiere más peso y por ello produce un alisado y también un efecto crecimiento al reducir la rotura de cutículas.

Mascarillas naturales

Las mascarillas capilares son una pieza clave en la rutina de cuidado de nuestro cabello, principalmente si necesitamos una dosis extra de hidratación o reparar el daño causado por el paso del tiempo, unos malos hábitos o por agentes externos.

Necesitarás: aceite de oliva, miel y huevo. Brillo, vitalidad y frenar la caída del cabello son los beneficios que nos aportará la miel, mientras que el aceite lo nutrirá en profundidad. El huevo, por su parte, al ser rico en proteínas y aminoácidos esenciales, nos aportará mucho más volumen y textura, dando como resultado un pelo fuerte, bonito y con mucho brillo.

Bate el huevo en un recipiente y añade una cucharada de aceite de oliva y dos de miel. A continuación, remueve hasta formar una pasta homogénea. Reparte la mezcla de manera equitativa y deja actuar durante 30 ó 40 minutos. Si quieres potenciar el efecto de la mascarilla, envuélvete la cabeza con una toalla o gorro de ducha mientras actúa. Por último, enjuaga con abundante agua, lava con tu champú habitual, ¡y a presumir de pelazo!



QUICKIE

Unos finísimos reflejos claros pueden aportar a la melena el brillo necesario para un resultado idóneo. Las mechas ‘babylight’ son las más naturales.

El cabello mojado es especialmente sensible, por lo que a la hora de secarlo, evita frotarlo enérgicamente con la toalla, ya que solo conseguirás romperlo y debilitarlo.

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