lunes, 28 de enero de 2013

Manicure y pedicure. Las enfermedades a las que se exponen hombres y mujeres en el salón.

Ir al salón de belleza, por un manicure o pedicure, ha dejado de ser una práctica exclusiva para mujeres y ahora también lo hacen los hombres. Todos advierten sobre los beneficios de hacer un lindo manicure o pedicure, desde el punto de vista estético hasta el psicológico, pero de lo que no hablan es de las desventajas o riesgos de un tratamiento mal hecho y sus consecuencias.

Enfermedades más comunes. Entre las primeras tres enfermedades más comunes que se producen por un mal manicure o pedicure están: la micosis, el pie atleta y la transmisión de otras como la hepatitis B y hasta el VIH. La micosis es una infección prevalente, en particular en los trópicos. El pie atleta es una infección micótica producida por hongos dermatofitos (que se alimentan de queratina) o por levaduras (en casos muy raros con alteración del sistema inmune). Afecta los pliegues interdigitales, la planta y los bordes del pie. Tercera, hepatitis B, es una enfermedad infecciosa del hígado causada por el virus de la hepatitis B y caracterizada por necrosis hepatocelular e inflamación. Y el VIH es el Virus de Inmunodeficiencia Humana, un lentivirus (de la familia Retroviridae) causante del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (Sida).

¿Cómo se infectan?. Existen dos maneras de contraer cualquiera de las enfermedades antes mencionada. La primera, por falta de higiene en los artículos que utilizan las manicuristas. "Desde el uso de pinzas, sacacutículas, tijeras especiales sin haberlas esterilizado antes. O tal vez, las limas que han pasado en unas seis manos y, peor aún, los recipientes que ponen con agua, no los lavan ni desinfectan al igual que las toallas", remarcó la podóloga María René Ansoátegui.

Segunda, por una mala praxis de la manicurista. "Que a la hora de limpiar las uñas lastiman o hurgan de forma indebida los uñeros o, peor aún, el pie diabético", destacó otra especialista en pies, Tatiana Rivero.

Recomendaciones. Para evitar el contagio o infección de bacterias a la hora de embellecernos, las profesionales aconsejan asistir a los centros de belleza con su propio material y una bolsa para cubrir el recipiente donde remojan las manos y los pies "o en su defecto, llamar a la manicurista a la casa y facilitarle todos los implementos".


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