jueves, 6 de febrero de 2014

EL NUEVO LIFTING NO NECESITA CIRUGÍA

Lo último en belleza es cosa de coser y cantar. La colocación de hilos tensores es una nueva técnica no invasiva que consigue un efecto más suave que un lifting quirúrgido, pero más natural.

El tratamiento de estética con hilos tensores, también conocidos como hilos japoneses, es una novedosa técnica para tratar la flacidez, explica a Efe la doctora Segurado, dermatóloga del Centro Médico Felicidad Carrera.

Con los nuevos hilos tensores llega una nueva ingeniería faciocorporal, un salto cualitativo frente a tratamientos anteriores. A este técnica se la conoce como el nuevo lifting no quirúrgico, dice la doctora.

Su éxito es similar al que tuvo la toxina botulínica en su momento, consigue un rejuvenecimiento facial casi inmediato con una técnica segura, muy sencilla y rápida, sin incisiones, sin dolor y con un material biocompatible y reabsorbible. Son una versión muy mejorada de los clásicos hilos de oro, explica el doctor José González Vidal.

Seguro, eficaz y sin suturas

Antes de poner los hilos, se realiza un dibujo en la zona a tratar; es decir, un mapa que sirve de guía para colocarlos. Este material, que consigue devolver la firmeza de los tejidos, se aplica con una aguja-cánula muy fina. Se introduce en un plano a través del tejido celular subcutáneo y, cuando se retira, la hebra queda tensada sin necesidad de anclajes, detalla la doctora.

“El mecanismo del hilo es un efecto mecánico de tensión y, a largo plazo, la estimulación para la formación de colágeno, a partir de los quince días o un mes de su colocación y hasta un año después, por lo que mejora la calidad de la piel y su flacidez”, prosigue.

Se trata de tejer una especie de malla, un entramado de hilos cruzados, que sujete el tejido facial. Son hebras muy finas fabricadas con polidioxanoma, un material reabsorbible y biocompatible, procedente de la cirugía cardiaca. Cada hilo provoca una fibrosis progresiva en el tejido celular subcutáneo lo que facilita su anclaje a la piel, dando como resultado una piel más firme y más turgente, explica la dermatóloga.

Sin dolor ni anestesia

El tratamiento se realiza en la misma consulta del médico estético y se prolonga una media de 40 minutos. No es necesario el ingreso hospitalario ni pasar por el quirófano porque no hay heridas, ni suturas, únicamente el punto de inyección del hilo, que viene previamente enhebrado en una cánula que se pasa a través de la piel.

No suele doler, depende del umbral del dolor de cada persona. Es una molestia soportable, asegura la doctora, quien detalla que la técnica con hilos de polidioxanona no requiere anestesia, ni suturas y permite al paciente continuar con sus actividades habituales inmediatamente.

Es un método seguro y eficaz, asegura la doctora, quien explica que el efecto tensor es inmediato, pero los resultados definitivos se aprecian veinte días después y perduran más o menos un año y medio, dependiendo del estado de la piel.

Borrando signos del envejecimiento

Este método de rejuvenecimiento es compatible con otros tratamientos como la toxina botulínica, la mesoterapia con vitaminas, el láser o las infiltraciones de plasma rico en factores de crecimiento.

Con los hilos japoneses se consigue elevar las mejillas, recuperar del óvalo facial, mejorar los surcos nasogenianos, borrar las líneas de marioneta arrugas peribucales-, camuflar las arrugas del contorno de los ojos y del código de barras, así como elevar las cejas, mejorar el doble mentón, reafirmar el cuello, el interior de los brazos, los muslos, las rodillas, los glúteos, las mamas e incluso abdomen.

Según la doctora, el tratamiento está contraindicado en mujeres embarazadas y pacientes con infecciones activas herpes, impétigo, erisipela- o que estén bajo tratamiento médico con anti-inflamatorios, aspirina o anti-coagulantes, así como pacientes inmunosuprimidos o con tratamientos inmunosupresores.

La evolución de los hilos

La historia del empleo de los hilos tensores como tratamiento del envejecimiento del rostro data de 1988, cuando el doctor Sulamanizde empezó a utilizar hilos de oro que se introducían linealmente debajo de la piel para producir su tensado.

Conocidos como hilos rusos, ese material provocó muchos casos de rechazo y reacciones adversas, como endurecimiento de la zona tratada e incluso pacientes a quienes se les transparentaban.

La medicina estética ha desarrollado nuevos materiales biocompatibles y reabsorbibles para conseguir unos resultados más naturales y con menos efectos secundarios. Así aparecieron los hilo “aptos”, no reabsorbibles, compuestos por filamentos de polipropileno con espículas bidireccionales que ayudan a su fijación.

Estos hilos son eficaces, pero necesitan incisión con anestesia, fijación y anclaje. Los silhoutte son similares a los “aptos”, pero incorporan unos conos reabsorbibles que aseguran el anclaje a los tejidos subyacentes.

Los últimos en aparecer, antes de los que son objeto de esta nota, han sido los hilos happy lift, compuestos por ácido poliláctico, un material reabsorbible, con una disposición helicoidal que origina la fibrosis alrededor, aunque seguían siendo necesarias para su colocación la incisión con anestesia local, fijación y anclaje.

Lo dijo "“La expresión del rostro no cambia tras el tratamiento. En ningún caso se trata de rellenar o construir una cara nueva. Se trata de conservar las estructuras faciales y lograr un rostros armónico y equilibrado, pero de forma natural”. "

Lidia Díaz Méndez, Directora Médica de la clínica Armonía de Madrid



QUICKIE

Al lavarte la cara no olvides la temperatura del agua. El agua muy caliente puede arruinar los aceites naturales y protectores de la piel, que lleva a sequedad o sobreproducción de sebo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario