¡Baje de peso sin hacer dietas, ni ejercicios!, es la frase que muchas empresas y comerciantes utilizan para atraer clientes que tienen problemas de sobrepeso. Sin importar el tipo de producto, la frase es colocada como un eslogan común para convencer a las personas que pueden reducir su peso sin hacer ningún esfuerzo.
A esto los comerciantes suman imágenes del antes y el después del estado físico de la persona, para tratar de convencer a los clientes que su producto da resultado y que se pueden ver mejor si lo utilizan.
La publicidad de cualquier producto adelgazante en la televisión, periódicos y revistas, letreros, gigantografías y hasta en folletos que son repartidos en las calles, promete ser la solución para las personas con sobrepeso o para aquellas que simplemente quieren reducir unos cuantos kilos.
Ante esta situación hay una gran variedad de productos que se comercializan sin ningún control ante la vista de todos, como ser pastillas adelgazantes, tratamientos con cremas reductoras, yesoterapia y una variedad de equipos para distintas partes del cuerpo que prometen la reducción de las grasas y el peso sin hacer ningún esfuerzo. En torno al deseo de adelgazamiento de las personas se ha formado un verdadero negocio que no es controlado por nadie.
PUBLICIDAD ENGAÑOSA
Lo que el cliente a veces no se da cuenta es que la publicidad puede ser engañosa y lo que le intentan vender no tiene en realidad ningún estudio que compruebe su efectividad, sin causar daño a la salud.
El responsable departamental del Viceministerio de los Derechos del Usuario, Ricardo Rojas, indica que en la mayoría de los casos estos productos no dan resultado, pero que ellos no pueden controlarlos porque no tienen normas que respalden este control.
“Hemos tenido varias quejas, de estos productos y hemos pedido la devolución de los mismos cuando se ha identificado el engaño al consumidor, pero hacen falta normativas para evitar su comercialización”, dijo.
Se calcula que más de un centenar de productos de diversa índole se ofrecen en Cochabamba para capturar clientes.
Desde pastillas, que pueden se peligrosas para la salud, hasta zapatillas que supuestamente adelgazan y se venden sin ningún control.
ABUNDANCIA DE
INFORMACIÓN
La publicidad e información juega un papel importante en el consumo de los productos adelgazantes, esto por la agresividad con la que se difunden y por el efecto que causan en la autoestima de la persona, que finalmente repercute en el consumo del producto.
Para el psicólogo social Raúl Alba Montero, la imposición de esta figura delgada también ha sido por la abundancia de información en los medios de comunicación.
Asegura que la publicidad que sugiere el patrón de la figura delgada está en todas partes y las personas la buscan porque sienten que si son delgados podrán también ser exitosas.
“La gente cree que si es gordita es aberrante y que va a ser rechazada por la sociedad, pero si es delgada podrá conseguir todo lo que quiere, además de ser valorada por las personas que lo rodean”, menciona.
Agrega que la búsqueda del adelgazamiento de parte de las personas se da como una especie de imitación a lo que se ve en los medios de comunicación. Que las mujeres y hombres quieren ser tal como las personas que están en los medios y que tienen éxito.
El ser humano como tal necesita ser reconocido y por eso opta por imitar los modelos que se imponen en la sociedad o lo que está de moda.
Indica que se trata más de una situación de imitación que de deseo, porque el deseo de las personas es más bien de consumismo de alimentos, sobre todo en nuestro departamento donde se come no solamente en las horas del almuerzo y la cena, sino también en la mañana y en la tarde.
“En Cochabamba hay un poco de contraposición entre la idea de adelgazamiento y también en la de consumir alimentos, porque las personas quieren ambas cosas”, explica.
MODELO CITADINO
Sin embargo, el experto asegura que este estereotipo solamente se impone en la ciudad y no así en todo el departamento.
Para el profesional en Psicología, el patrón de belleza corporal que se ha impuesto es citadino y esto se da también por la influencia extranjera que ha avasallado nuestra cultura.
El fenómeno se ha impuesto hace unos diez años atrás aproximadamente, señala Alba y agrega que los que han ido absorbiendo la figura de este nuevo patrón son, sobre todo, los jóvenes y en algunos casos también las madres de familia.
“Si recordamos, hace unos 10 años atrás o quizás un poco más empieza el tema de la globalización y el consumismo con mucha fuerza y es ahí donde se impone la figura delgada. El tema de las máquinas para ejercicios, la apertura masiva de gimnasios y otros han hecho que nos vendan el modelo físico ideal”, añade.
Indica que a pesar de que hay un estereotipo impuesto en nuestra sociedad, éste todavía no es tan fuerte como en otros países vecinos como Argentina o Chile, donde tanto hombres como mujeres se someten a cirugías estéticas tanto para poder reducir los kilos demás como para hacerse implantes.
FALTAN NORMATIVAS
El prototipo de persona ideal que se impone en la sociedad tiene que ver mucho con la publicidad asegura Alba, sin embargo todavía no hay normativas que eviten este tipo de información en nuestro medio.
Hace pocos meses el Concejo Municipal aprobó la ordenanza 4023, que prohíbe la publicidad sexista, es decir el uso de la imagen del cuerpo de la mujer o del hombre para promocionar algún producto o servicio.
Con esta ordenanza se pondría de cierta forma un filtro a las publicidades donde se promociona un cierto tipo de hombre o de mujer como modelo ideal. Sin embargo la norma todavía no está en vigencia porque no cuenta con un reglamento para su aplicación.
En lo que no existe regulación, ni normativas es en la comercialización de los productos y tratamientos adelgazantes. Éstos están en todos los medios de comunicación y son publicitados sin advertir incluso los daños que su uso puede causar a la salud.
Los productos y tratamientos adelgazantes también están en las calles, los mercados e incluso en las farmacias, y en algunos casos son comercializados libremente sin necesidad de una receta médica.
“Necesitamos una norma sobre esto, tal como sucede con los cigarrillos y tal como se ha impuesto últimamente en el tema de las bebidas alcohólicas, donde se advierte los daños que estos productos hacen a la salud, y donde el consumo ya pasa a convertirse en responsabilidad de la persona”, agrega.
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