Comer no solo es un tema de cubrir nuestras necesidades sino que, además, es un ritual social que ofrece muchas gratificaciones. ¡Y es que nada mejor que una cena entre amigos! Pero de esos momentos lo ideal es conservar solo los buenos recuerdos y no todas las calorías. En EL DEBER te damos algunas claves para que lo consigas.
No solo se trata de mantener una bonita figura. La realidad es que comer con inteligencia le ofrece enormes beneficios a nuestro cuerpo y es que por más que pienses que luego de cenar te quedarás un rato más conversando y andando, la verdad es que por la noche nuestro cuerpo reduce el ritmo con el fin de prepararnos para el sueño. Por eso la última comida del día debe ser especialmente ligera.
El malestar, la pesadez y en algunos casos incluso las pesadillas son consecuencias de los excesos nocturnos. Es recomendable recordar algunas de estas sugerencias:
- En lo posible evita comer carnes rojas pues es una de las proteínas más pesadas para tu cuerpo. En su lugar prefiere el pescado o el pollo. Si no te resistes consúmela en porciones pequeñas y sin grasa.
- Huye de las grasas y frituras que resultan una verdadera tentación, no morirás si en su lugar prefieres vegetales al vapor o ensaladas.
- Si adoras el picante es mejor que lo consumas al almuerzo pues en la cena podría resultar demasiado fuerte para tu estómago a menos que estés realmente acostumbrarla a comerlo con regularidad.
- De más está decir que todo lo que sea calórico en exceso debe pasarse por alto: salas cremosas, dulces con demasiado azúcar procesado, chocolates muy pesados, todos ellos estimulantes que podrían interrumpir tu sueño.
- Está muy bien ir a cenar con los amigos y disfrutar de una velada, pero recuerda que el truco es hacerlo con inteligencia. Sigue estas instrucciones e intenta siempre consumir porciones moderadas. ¡Es la clave para mantenerte saludable, a pesar de una vida socialmente activa!
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