Conoces a la perfección cada pequeño cambio en tu rostro: te das cuenta de un pelo de más en tus cejas, identificas un espinillo y lo tratas, incluso puedes vaticinar cuándo amanecerás con ojeras... ¿Conoces de la misma forma tu sexo?
Es muy importante y necesario que como mujer conozcas cada rincón de tu cuerpo y que además entiendas cómo funciona.
Sólo así lo valorarás, cuidarás y disfrutarás mejor de él. “Los hombres conocen muy bien su cuerpo porque desde muy pequeños se autoexploran, además tienen la facilidad de hacerlo debido a que, por ejemplo, su pene está expuesto”, menciona la sexóloga Alexandra Rampolla.
En cambio con las mujeres es un poco más difícil, porque además de que la vagina está oculta, las mamás siempre controlan a sus hijas diciendo: ‘No te toques’, ‘saca la mano de ahí’, ‘eso no está bien’. Ésta es una de las razones para que la mujer se avergüence de su mismo cuerpo y crea que tocarse o mirarse está mal. “Si experimentas tocando tu cuerpo, sabrás cómo te gustaría que tu pareja te toque o qué cosas no te gustaría que te hagan”, aconseja la sexóloga.
“Por eso, deja de lado los tabúes y mírate frente a un espejo, pero no sólo el rostro, sino también el resto de tu cuerpo”, señala el ginecólogo y terapeuta sexual Winston Uzín.
En su libro Sexo, divino tesoro, Uzín asegura que conocer tu cuerpo te ayudará a estar conforme contigo misma, no sólo con tu apariencia, sino a estar satisfecha en los temas de sexualidad.
Lamentablemente, muy pocas mujeres han visto sus genitales y muchas de ellas se enteran de algún cambio recién cuando visitan al médico para sus controles anuales, esto debido a que la mujer, sobre todo la boliviana, es más reservada, reafirma Uzín.
Los hombres y las mujeres deberíamos conocer nuestros cuerpos, así sabríamos qué se siente cuando lo estimulamos. Por tanto, date el permiso de tocarte para diferenciar el placer y la satisfacción de sensaciones que puedan gustarte o incomodarte.
Estereotipos
Si hablamos de la forma exterior que debe tener un cuerpo perfecto en una mujer, la sociedad ya se encargó de manejar un estereotipo con medidas que rondan el 90-60-90. “El entorno social en el que vivimos influye en la mujer y ésta se ve presionada a verse bien ante los ojos de quienes la rodean, además de estar bombardeada por los medios de comunicación que muestran las figuras perfectas y crean grandes expectativas”, sostiene por su parte la psicóloga Tatiana Jáuregui.
Por esta razón es que muchas chicas inician las dietas y el ejercicio. Esto es algo muy positivo para la salud, pero cuando se vuelve obsesivo, en la búsqueda de conseguir las curvas perfectas, es cuando el problema comienza, señala la psicóloga.
Una escuela
Debemos ser conscientes de que nuestro cuerpo es una escuela en la que aprendemos a conocernos para poder decidir de forma óptima qué está bien y qué está mal en nuestras vidas. Cuando detectamos alguna enfermedad, tomémosla como una llamada de atención sobre cómo manejamos nuestro organismo y de qué manera lo disfrutamos.
El nivel de autoestima, autovaloración y autoconcepto que tengamos de nosotras mismas es lo que prima para que aceptemos nuestro cuerpo como es. Lo más importante es que esté sano y fuerte, argumenta la psicóloga, la apariencia pasa a un segundo plano.
“Trata de ser lo más objetiva posible contigo misma y esto va de la mano con tu actitud. Más allá de cómo te veas o cómo te acepten, tu actitud dice mucho sobre la forma en que manejas tu cuerpo y de qué manera lo aceptas”, aconseja la especialista.
Recuerda que el conocimiento es poder, y aún más cuando se trata de ti misma, de tu cuerpo y de tu mente.
Funcionamiento
Desde niña, la mujer debe aprender a conocer bien las partes de su cuerpo y saber cómo funcionan. Debe haber un énfasis en los cambios a lo largo de su vida, sobre todo entre los nueve y 15 años.
Reflejo
Así como te acercas a un espejo para tu rostro, utiliza uno para mirar tu sexo. Si sientes vergüenza, piensa que no hay nadie mejor que tú para conocer su aspecto. Tócalo, examínalo y acostúmbrate a hacerlo a menudo.
Exploración
No necesitas permiso de nadie para conocer tu cuerpo y, al conocerlo, podrás identificar si hay algo que no es normal. Disfruta las sensaciones de agrado y evita las desagradables. Vence el miedo e identifica partes íntimas, como el clítoris.
Cuidados
Acepta y disfruta tu cuerpo como es, pues eres única. Esto también significa que debes proporcionarle todo lo mejor: buena alimentación, ejercicio y el reposo necesario para mantener una buena salud.
PREGÚNTALE A TU AMIGO GAY
Salvador G
te ayuda con los problemas del corazón. Escríbele a mia@la-razon.com
Terminé con mi enamorado hace poco más de un mes y, por más que el tiempo pasa, todavía sigo muy triste. Cuando terminé con él pensé que recapacitaría sobre los errores que había cometido, pero no ha vuelto a buscarme. En las madrugadas, las noches y los fines de semana me atrapa una tristeza infinita. Trato de no estar sola, pero me agarran momentos en los que me pregunto “¿Qué fue lo que pasó?, ¿de quién fue la culpa?”, y termino diciendo que fui yo. Sé que el tiempo cura las heridas y el dolor pasará, pero no me gusta la idea de que el problema en todas mis relaciones siempre he sido yo. Ya no creo en el amor, estoy cansada y quiero romper el círculo vicioso. Desesperada
Querida amiga: Es totalmente normal atravesar por un tiempo de duelo, después de terminar una relación. Primero, porque desde luego extrañas la cotidianidad junto a él y te tomará un tiempo recuperar tu independencia y, segundo, porque cuando una relación termina, inevitablemente la percibimos como un fracaso que nos lleva a sentirnos frustrados por el esfuerzo que pusimos y porque no terminó de la forma que esperábamos.
He aprendido que toda relación nos es útil, sin importar cuánto dure o cómo concluya. Es algo así como una escuela de la vida más, en la que aprendemos hasta qué punto podemos y debemos perder nuestra individualidad, entregarnos, confiar, mantener equilibrada nuestra relación con los amigos y familia, etc. Solamente así adquirimos una madurez emocional que nos permite llevar una relación seria con calma e inteligencia. En resumen, no fue tiempo perdido.
Desde luego, esto no significa que al terminar debas lastimarte culpándote, pasando noches en vela tratando de entender qué hiciste mal y sintiéndote incapaz de sostener una relación. Muchas veces, los rompimientos no son culpa de uno u otro. Sólo es el resultado de que ambos sean personas diferentes.
La vida tiene cosas maravillosas para nosotros y todo lo es para uno, lo será. A veces, las cosas que nos suceden son similares a ver una historieta pegando el papel a los ojos. Sólo llegamos a ver unos puntos de colores borrosos y sin sentido. Sin embargo, cuando alejamos el papel vamos encontrando que cada uno de esos puntos tenía una razón de ser para algo grande. ¡Así es la vida! Ten confianza y mira las cosas desde una mejor perspectiva.
El duelo pasará, mi querida amiga. Cada día te sentirás mejor y en unas semanas más comenzarás a disfrutar nuevamente de las cosas como antes. Entonces, este capítulo quedará en el recuerdo. Te aseguro que pronto estarás lista para vivir un nuevo amor y la experiencia adquirida con los anteriores te permitirán manejar mejor tu relación. Eso sí, valórate siempre y no permitas que el pasado te marque. Perdona, olvida y sigue adelante.
Tu amigo Salvador G
Fuente: Winston Uzín y Alexandra Rampolla, sexólogos, y Tatiana Jáuregui psicóloga.
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