¡LUNARES! | AUNQUE PUEDEN SER MUY SEDUCTORES Y LA MARCA REGISTRADA DE UNA PERSONA, ES ACONSEJABLE ACUDIR PERIÓDICAMENTE A UN ESPECIALISTA, SOBRE TODO SI PRESENTAN CAMBIOS DE COLORACIÓN O TAMAÑO.
Sí, son sexys cuando están situados estratégicamente en algún lugar del cuerpo como en torno a los labios, mejillas o pecho, entre otros; por ello, hay quienes lucen con orgullo sus lunares. De hecho, el mundo del celuloide y las pasarelas han contado con la presencia de rostros atractivos que con sus lunares han cobrado aún mayor notoriedad. El envidiado y estratégico lunar de la conocida modelo y actriz Cindy Crawford es un ejemplo de ello, así como de la mítica Marilyn Monroe que tenía uno de los lunares más sexys de la historia del cine. Sin embargo, estos signos de belleza pueden eventualmente convertirse en un problema serio de salud, por ello, no se los debe perder de vista.
Todas las personas que tienen lunares deben auto explorarse periódicamente para evaluar si se presentan cambios, por mínimos que sean. Sí fuera el caso, no deje pasar más tiempo y acuda a un médico, ya que la clave de la prevención es el diagnóstico precoz de un lunar. Entre otros signos de alarma están el crecimiento rápido, escozor, dolor o sangrado.
“Cuando un lunar está cambiando puede transformarse en un melanoma (el cáncer más agresivo de piel). Si se verificará que se trata de un melanoma y está en un grado 1, el pronóstico es excelente porque quiere decir que no ha invadido la capa más profunda de la piel, pero si está en un nivel 3 o 4 significa que hay una invasión importante que puede diseminar la célula maligna a través de sangre o vasos linfáticos con el riesgo de presentar metástasis”, explica Ramiro Jordán, reconocido médico dermatólogo del Centro Integrado de Dermatología.
La Sociedad de Dermatología a nivel nacional destina un día, que este año se llevará a cabo en septiembre, en hospitales públicos como el Viedma y la Caja para que las personas con lunares acudan a una consulta gratuita y así se puedan detectar los riesgos a tiempo.
¿QUÉ SON LOS LUNARES?
Los lunares, generalmente benignos, son una agrupación de células pigmentadas. La mayoría de las personas tiene un promedio de 20 lunares, pero la cantidad puede variar.
“Los lunares son pequeños acúmulos o nidos de células que provienen de los melanositos que son las células que dan el color natural a la piel. Pueden ser planos o tener un relieve en una gran variedad de colores, formas y tamaños”, dice el especialista.
También existen los lunares congénitos que pueden presentarse hasta en un 80 por ciento del cuerpo o cubrir toda una extremidad.
“Los congénitos tienen mayor riesgo de convertirse en lunares malignos en un futuro, por ello se deben controlar con mayor rigurosidad”, dice Jordán.
Los lunares se pueden extraer, pero todo depende de la extensión de la superficie que ocupan; cuando tienen 10 o 20 centímetros de diámetro se los puede extirpar completamente para prevenir algún cambio en el futuro.
“Si el lunar es benigno y el paciente quiere que se lo remuevan por motivos estéticos o porque está en un lugar incómodo, se puede hacerlo. Si es pequeño se hace una cirugía que casi no deja cicatriz, pero se debe sacar todo con un buen margen y como rutina se debe hacer una biopsia de esa lesión”, dice Jordán.
Si bien el autoexamen es importante, no se debe dejar de ir al dermatólogo, ya que hay sitios que uno mismo no puede controlar. Por ejemplo, algunos aparecen en las mucosas (boca), en la conjuntiva (ángulo del ojo), espalda y plantas de los pies, entre otros.
RIESGOS
“El cáncer más agresivo de piel, que es el melanoma maligno, afortunadamente no es común, pero en los últimos años ha aumentado su incidencia por factores externos como la exposición prolongada al sol”, dice Jordán.
Desde edades muy tempranas el riesgo de un lunar benigno que está expuesto al sol por mucho tiempo y sin protección puede dar lugar a que se convierta en maligno. Por ello, hoy en día se educa y se insiste en la utilización de protector solar.
“Las camas solares son otro factor importante de riesgo porque se trata de rayos ultravioletas. Si una persona con lunares se somete a camas solares, está aumentando su riesgo”, asegura.
Por otro lado, no se deben tocar ni frotar constantemente, ya que es un estímulo que eventualmente podría provocar algún cambio adicional en la estructura del lunar.
Si bien son indistintos al género, estadísticamente se ha demostrado que en los hombres los lunares de riesgo están ubicados en la zona del torax. Por ello, los varones con lunares en esta área que noten cambios deben prestarle atención y visitar a un especialista.
“En las mujeres se ha visto que los lunares de riesgo con posibilidad de hacer melanoma están ubicados en el área de las piernas”, dice Jordán.
Recuerde también vigilar los lunares de sus hijos.
En cuanto al diagnóstico, hoy en día se cuenta con un examen llamado Dermatoscópico. Es un lente de aumento que puede estar ligado a un aparato con un monitor con computadora donde se amplía la imagen del lunar y se pueden verificar con más detalles los cambios por mínimos que sean.
“En caso de lunares con cambios, la indicación es la extirpación completa siempre con un margen; ese lunar debe ser enviado a anatomía patológica para su verificación”, dice el especialista.
El a,b,c... DE LOS LUNARES
Existe una norma internacional que los dermatólogos toman en cuenta, se trata del A,B,C,D,E de los lunares. El Dr. Ramiro Jordán nos explica.
A: Está relacionado a la asimetría; cualquier lunar asimétrico ya puede implicar cierto riesgo.
B: Corresponde a los bordes. Generalmente un lunar benigno es simétrico redondo u ovalado pero con bordes regulares. Si los bordes son irregulares ya significa un riesgo adicional.
C: Corresponde al color. Los lunares benignos tienen un color homogéneo, por lo general son cafés oscuros o más claros. El riesgo está cuando presenta colores irregulares en el mismo lunar que pueden ir desde rojizo, café más oscuro o negro. Los rojos enteros son lunares vasculares y son benignos. Aparecen en el embarazo o con el transcurso de la edad y si están en lugar de roce, se recomienda extirpar.
D: Corresponde al diámetro. Cuando es mayor a 6 milímetros también puede implicar un riesgo.
E. Corresponde a la evolución del lunar. Es decir, evaluando los parámetro ya mencionados y si se presentan además síntomas como dolor, escozor y sangrado, son signos de que el lunar se ha transformando.
Por todo ello, es fundamental que cada uno se familiarice con todos sus lunares y observe si cambian de color, tamaño, forma o textura. En cuanto note algún cambio, acuda a un dermatólogo.
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