martes, 17 de mayo de 2011

Cuidar la piel de las agresiones del frío

Durante los meses de frío, la piel sufre más los efectos de los cambios de temperatura. Menos luz, más contaminación, viento, lluvia y poca humedad, componentes agresivos para la belleza corporal, explica la cosmetóloga de la estética Imagen, Lorena Rodríguez. Con el frío se cierran los poros para conservar el calor, existe menor irrigación sanguínea y, por lo tanto, menos oxígeno y nutrientes.

En invierno, la piel se deshidrata y se acentúan las arrugas

Seco

El cierre de los poros y la falta de humedad disminuye la producción de lípidos intercelulares epidérmicos que baja la lubricación natural de la piel.

Este mecanismo de defensa contra el frío acelera el proceso de envejecimiento. “A simple vista la piel se ve seca, marchita, descamada y deshidratada. Se acentúan los surcos y aparecen arrugas finas. Y no sólo en la cara. También en cuello y manos”, nos dice Rodríguez. La sequedad y la falta de aceite provocan que haya muchas células muertas que no se eliminan naturalmente. Una forma de ayudar es exfoliar la piel una vez por semana y usar productos muy hidratantes y más grasos.

Piel



El frío enrojece la piel debido a la alteración de los vasos capilares. Puede aumentar la rosácea y producirse eritema pernio (sabañones) en manos y/o pies, e incluso en otras zonas de la superficie cutánea. Para contrarrestar el enrojecimiento, conviene utilizar cremas hidratantes que funcionen como calmantes (por ejemplo, que contengan manzanilla u otros calmantes o desinflamantes) y activen la microcirculación cutánea.

Arrugas

La falta de lípidos, agua y factores externos como la contaminación y el viento, aceleran el proceso de envejecimiento cutáneo y provocan la aparición de líneas de expresión.

Se sugiere utilizar cremas antioxidantes.

Enfermedades

Hay varios males que afectan a la piel que pueden empeorar en invierno. La dermatitis seborreica y la psoriasis, por ejemplo, que se manifiestan como zonas rojas con descamación. Si hay prurito y la persona se rasca, pueden desencadenarse infecciones bacterianas secundarias.

Calefacción

La mayoría de las personas alternamos entre un ambiente “controlado” que siempre está con calefacción en invierno, con períodos "incontrolados" en el exterior, cuando salimos. El estar constantemente cambiando de temperatura provoca la sequedad en la piel.


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