Entre esas malas costumbres está cepillarse mal los dientes. Para que una sonrisa luzca en todo su esplendor, debemos cepillarnos al menos tres veces al día. Tocarse el rostro con las manos. Nuestras manos siempre están en contacto con fuentes bacterianas o suciedad altamente contaminantes para la piel. Debemos quitarnos la costumbre de tocarnos constantemente la cara, pues ese simple gesto puede provocarnos acné, contaminar los cosméticos que nos ponemos, etc. Debemos evitar que se creen cicatrices en el rostro. Cuando apretamos puntos negros, o granos, queda una pequeña herida que al contacto con el sol, con el tiempo se oscurece, formando manchas y pequeños agujerillos que quitan Bellezalozanía a la piel y degradan la estética del rostro. Además, una vez se producen las cicatrices, son muy difíciles de borrar
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