“Esta adicción al agua se presenta en las personas que tienen problemas de ansiedad y en consecuencia consumen este elemento”. Otras tratan de engañar al órgano digestivo ingiriendo líquido, para no subir de peso", enfatiza.
Beber la cantidad necesaria. El especialista recomienda que en estos casos se debe tomar recaudo, de lo contrario las consecuencias pueden ser irreversibles. Lo primero que se debe hacer es reconocer que no es normal tanta ingesta de agua.
“una persona necesita aproximadamente dos litros y máximo tres de agua al día“. El agua se debe tomar en tragos pequeños y después de la comidas, especifica el profesional. Así también otro factor es la autoestima baja, por ello es importante trabajar este aspecto. “Si no se realiza se manifestará en trastornos como la potomanía”, para ello es imprescindible acudir a un profesional para llevar un tratamiento adecuado, puntualiza el especialista.
Cuando el agua no es salud "Puede hasta parecer saludable, sin embargo, causa daños en todos los aspectos y el biológico no se salva. Las personas que sufren de él pueden llegar a consumir más de 8 litros, existen casos en los que ingieren 20 en un solo día que repercute de manera negativa en el organismo de los cuales el riñón es el más afectado", explica la nutricionista Iris Suárez,. “Esta manía de beber agua compulsivamente, sin tener sed, es un fenómeno que se da frecuentemente en las personas que se cuidan demasiado. “No parece peligroso, puesto que se confunde con un hábito normal y hasta saludable, sin embargo puede ser fatal para la salud”, alarma.
Consecuencias biológicas. Es un trastorno en mujeres y hombres, más común en estos últimos, porque consumen más proteínas y aminoácido. Tal consumo desequilibra el sistema y causan descompensación en el organismo. Este mal hábito tiene consecuencias en los riñones, los cuales se ven afectados debido a que la cantidad de agua sobrepasa la capacidad de funcionalidad de este organismo.
Estrecha relación con la obsesión de la figura. "Estamos en una época de mucho culto al cuerpo, queremos tener una constitución que no es la nuestra", explica la profesional que enfatiza que el afán por tener figuras y formas distintas, hace que las personas lleguen a este extremo, señala la nutricionista.
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