Según los expertos, caminar o correr sin zapatos desarrolla más fuerza en los músculos de los pies, piernas y caderas. Esto significa una mejoría en la forma de andar, con más agilidad y equilibrio. Por algo los atletas terminan su rutina de ejercicios descalzos sobre el pasto.
Muchas personas tienen la práctica de quitarse los zapatos al llegar a casa y calzarse con pantuflas o zapatillas suaves y ligeras, permitiendo que los pies se sienten libres.
La planta del pie es una de las regiones corporales que más terminaciones nerviosas tiene en comunicación con el resto del organismo. Por eso cuando uno anda descalzos se estimula el normal funcionamiento de diversos órganos, especialmente de la región abdominal, intestinos y vejiga y se tonifica el sistema nervioso, también se estimula la circulación sanguínea, activándose la gran red venosa de la planta del pie.
Si la caminata se hace sobre pasto húmedo, agua de río o mar, o sobre baldosas húmedas, es aún más enérgica la activación nerviosa y circulatoria.
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